Desde el 16 de noviembre que se convirtió en una obligación para los dueños de algunos establecimientos de comercio entre ellos restaurantes la exigencia del carné de vacunación COVID-19 para el ingreso de los clientes, las ventas, según denuncia el gremio, han reducido en un 35%.
“Hace mucho, desde la reactivación económica no veíamos cifras negativas. Desde los restaurantes de Santander hemos reportado una disminución del 35% de las ventas”, indicó Diana Tabares, presidenta de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica en Santander.
Denuncia que hay clientes que se sientes discriminados cuando les niegan el ingreso por no presentar el carné de vacunación.
“Hay personas que así ya se hayan vacunado no portan el carné, tampoco tienen una foto en su celular y tienen problemas para descargarlo, a ellos no se dejan entrar, pero esto ha generado malestar entre los clientes, algunos en redes atacan a los negocios y dicen que los están discriminando”, aseguró Tabares.
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Desde Acodres afirman que la exigencia del carné ha generado que las personas migren a establecimientos informales donde no tienen control y tampoco cumplen con los requisitos de bioseguridad.