El Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de Santander, la Universidad Industrial de Santander, la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género Departamental, el Grupo de Investigación en Población Ambiente y Desarrollo, y el Grupo de Investigación en Economía Aplicada y Regulación se reunieron para consolidar los resultados de las pasadas elecciones regionales y analizar la presencia femenina en los cargos de elección popular.
El resultado del ejercicio demostró que la mujer perdió presencia en la política departamental y las cifras así lo corroboran.
En las recientes elecciones, únicamente dos mujeres fueron electas como diputadas, cifra que equivale al 12,2% de las curules de esta corporación. Respecto a los resultados del periodo 2020 – 2023, la cifra se redujo en una diputada.
En el caso de las alcaldías, 9 de los 87 municipios de Santander tendrán en el primer cargo a una mujer.
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Chipatá, Galán, La Belleza, La Paz, Matanza, Mogotes, Puente Nacional, Sucre y Vetas fueron las localidades que eligieron el poder femenino, es decir el 10,3 % del departamento.
En cuanto a los concejos municipales, 118 mujeres ocuparán el cargo en la vigencia 2024-2027, 26 mujeres menos que las elegidas para el periodo 2020-2023. El porcentaje pasó del 17,6% al 14,4%.
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En 16 municipios no fue electa ninguna mujer para ese cargo, entre ellos Bolívar, Carcasí, Cepitá, Cerrito, Chima, El Guacamayo, Galán, Guadalupe, Guapotá, Los Santos, Ocamonte, Puerto Parra, San Gil, San Joaquín, San José de Miranda y Suaita.
Para Julio Acelas, analista político en Santander, la disminución de la participación femenina en las corporaciones públicas se puede explicar en cuatro fenómenos.
“Primero el sistema político colombiano es un sistema político diseñado para hombres, en el sentido que no genera estrategias y entradas fuertes e incluyentes para que las mujeres se movilicen a participar en la vida pública. Dos, es un sistema político machista, aunque eso ha cambiado mucho desde la constitución del 91. Tres, las mujeres que participan en las listas por norma, son vinculadas como relleno o secundarias, por tanto no hay proceso desde abajo; y cuarto, tiene que haber una estrategia, una política muy seria desde abajo, desde acciones comunales, juntas administradoras locales, con el fin de estimular que las mujeres participen en igualdad de condiciones. Eso tiene mucho que ver con temas de equidad de género y esta sociedad colombiana y santandereana en términos de igualdad es supremamente inequitativa y desigual”, acotó el analista.
Para Mayerly Carreño, de la Fundación Mujer y Futuro, las causas de esta baja presencia en la política siguen siendo las mismas, “aunque tenemos dos leyes para ver si este país se pone un poquito más democrático con las mujeres, los partidos políticos nos siguen buscando de relleno y solamente nos buscan cuando inician las campañas y así es muy difícil consolidar una carrera política; y dos, el poco interés que muestran los votantes con las propuestas de las mujeres o sobre las mujeres”.
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Lo cierto es que la presencia femenina en la política santandereana sufrió una baja significativa en las últimas elecciones regionales y aunque muchos de esos proyectos mostraban aspectos interesantes, la sociedad no les dio la oportunidad de poner en marcha sus propuestas.
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