Pintados de amarillo aparecieron dos muros de la Plaza Cívica Luis Carlos Galán Sarmiento, ubicada en pleno centro de Bucaramanga.
La plazoleta, construida a inicios de los años 90, en piedra Barichara, hace parte de la arquitectura histórica del municipio.
La pintura además de dañar la piedra de este escenario político y cultural de la ciudad, raya con la estética.
El arquitecto Antonio José Díaz, rechazó la intervención.
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“No es posible que las autoridades hayan permitido esa intervención, por fortuna esas intervenciones son reversibles, por eso hay que hacer esa eliminación como se hizo en Cartagena y toca ahora mismo que la pintura está fresca para que no se impregne y se manche la piedra. Los materiales nobles como el mármol, el granito y la piedra son los más valiosos de la arquitectura y cubrirlos con pintura es absolutamente absurdo”, afirmó el arquitecto Díaz.
Indicó que hay otras formas de restaurar la piedra Barichara, pero nunca con pintura.
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“La piedra se puede lijar, limpiar, lucir, pero nunca con pintura, eso es absurdo”, señaló el arquitecto quien a su vez manifestó que oficiará al Consejo de Patrimonio de Santander para que se oficie a la Alcaldía de Bucaramanga encargada de vigilar y mantener el espacio público.
Además de estos muros, también fueron pintadas Las Cariátides de la Justicia, dos esculturas de cuerpos de mujer que fueron ubicadas en los dos pilares de la fachada del Palacio de Justicia de Bucaramanga.
Blu Radio conoció que los muros fueron pintados por una persona que fue contratada por el Consejo Superior de la Judicatura para arreglar la fachada del Palacio de Justicia tras las protestas del paro nacional que dejaron varios grafitis.
Para el historiador Emilio Arenas, no fue un acto de mala fe contra el patrimonio sino un desconocimiento de la importancia histórica de la arquitectura de la Plaza Cívica Luis Carlos Sarmiento.
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“Esa serie de errores se comete, al igual que ocurrió en Cartagena con las murallas que fueron pintadas de amarillo, porque la gente pierde la noción de los contextos históricos. No hay ninguna intención de atentar contra la memoria sino porque se pensó que se veía mejor así”, manifestó Arenas.