El presidente Gustavo Petro presentó en Buenaventura su estrategia para alcanzar la paz en el convulsionado puerto vallecaucano donde las bandas de los Shottas y Espartanos sostienen una sangrienta guerra. El detonante de los enfrentamientos es el control del tráfico de drogas hacia el exterior y el mercado ilegal interno.
“A los Shotas y los Espartanos les digo que no se maten, qué pendejada un negro matando a otro negro. Un joven negro matando a otro joven negro, extorsionando a personas negras en medio todos de la pobreza. Ese no es el camino. Si han planteado una política de acogimiento, lo desarrollamos”, declaró el mandatario.
En su discurso, el jefe de Estado dijo que ambos grupos delincuenciales hicieron llegar cartas en las que anunciaron estar dispuestos a acogerse a la justicia.
"Lo que tendríamos es un escenario que podría llevar al optimismo en el sentido que los actores actuales (de la violencia) en el municipio, Buenaventura, estarían dispuestos a dejar la actividad violenta", sostuvo Petro.
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El mandatario instó a las dos organizaciones a cesar su accionar en el marco de la "paz total", la iniciativa con la que pretende que los grupos armados depongan las armas a cambio de beneficios judiciales y así extinguir definitivamente el conflicto tras el acuerdo de paz de 2016 que desarmó a la guerrilla de las Farc.
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"Los invito, desarmados obvio, a ver cómo es que es esto (...), cuál es la visión que podríamos consensuar alrededor de cómo progresar en Buenaventura", añadió.
Los grupos Shottas y Espartanos, ambos de origen paramilitar, cuentan con unos 200 miembros. Otras estructuras ilegales, incluida la guerrilla del ELN y el Clan del Golfo han expresado su interés de sentarse en la mesa de conversación.