"La tragedia pudo ser mayor": testigo de caída de helicóptero en Quibdó, Chocó

Un helicóptero del Ejército se desplomó el domingo, 19 de marzo, entre los barrios Niño Jesús y Playita de Quibdó, capital del departamento de Chocó. Los cuatro ocupantes de la aeronave perdieron la vida.

El capitán Héctor Jerez, la teniente Julieth García, los sargentos segundos Johan Orozco y Rubén Leguizamón, todos ellos miembros del Ejército, no sobrevivieron al accidente del helicóptero. Sin embargo, testigos afirman que la tragedia pudo ser mayor.

“Donde el helicóptero se hubiera accidentado a este lado (en el barrio) hubiera sido mayor la tragedia, porque imagínese las líneas de alta tensión y la energía”, reflexionó Ana Graciela Córdoba, habitante del barrio Playita en conversación con Noticias Caracol.

De hecho, en varias viviendas cayeron pedazos del helicóptero, identificado con la matrícula EJC 4227, que afectaron techos y paredes. Vale recordar que los ocupantes de la aeronave cumplían con la labor de transportar provisiones a los soldados que están en la subregión del Baudó, Chocó.

Miembros del Ejército Nacional todavía están presentes en los barrios aledaños de la tragedia. Además, se espera que llegue una comisión especial para investigar y dar a conocer un informe sobre lo que sucedió en la tarde de ese domingo con ese helicóptero.

En un video ampliamente difundido en redes sociales se puede ver cómo el helicóptero se precipita sobre el barrio Playita, pero en una zona boscosa.

En la aeronave viajaba, según información entregada por el Ejército, la primera mujer piloto de helicóptero UH1N de las Fuerzas Militares, la teniente Julieth García.

La gobernadora encargada del Chocó, Farlin Perea Rentería, mandó un mensaje de solidaridad "a los familiares y amigos de los miembros del Ejército de Colombia que hacían parte de las labores de abastecimiento en el departamento".

Y a la vez informó que están "apoyando las investigaciones pertinentes sobre el hecho ocurrido en Quibdó".

Se espera que esta semana los cuerpos de los soldados sean llevados a sus ciudades natales para que sus familias realicen las exequias.

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