La Huerta Hotel, el destino vallecaucano que le apuesta al turismo cuidando el medioambiente

El turismo mundial ha ido cambiando a un turismo que le apueste al cuidado del medioambiente y a generar conciencia sobre los recursos naturales donde se pueda disfrutar de bellos paisajes amando la naturaleza.

Bajo esta premisa se creó La Huerta Hotel, un espacio único en Colombia ubicado muy cerca del atractivo Lago Calima en las montañas del Valle del Cauca.

Se trata de un espacio calificado con cuatro estrellas construido en medio de sembradíos y un bosque nativo que sirve como refugio de 150 especies de aves en el listado eBird de la Universidad del Cornell.

El proyecto de agroturismo nació del corazón de Iván Castrillón, un hombre que desde los cinco años aprendió a amar las tierras de Calima El Darién junto a su papá.

Actualmente es ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional y hasta llegó a ser parte de la lista de High Potential de una multinacional de agroquímicos.

“Viviendo en Ecuador como empleado de esta multinacional, un inglés observador de aves conoció mi sueño de crear este espacio y me contó que no podía continuar con los agroquímicos si quería tener aves en el hotel que soñaba”, puntualizó Castrillón.

Luego de esa charla, Iván comenzó a estudiar Agricultura Orgánica en Ecuador, conoció de primera mano los proyectos de permacultura en ese país.

“Fue así como me convertí a la producción limpia tras evidenciar los efectos devastadores de los agroquímicos en los campesinos y cómo, además, empobrecían la nutrición del suelo”, precisó.

Después de conocer esto, el hombre dejó una carrera en ascenso y se puso al frente de La Huerta Hotel.

Según contó el empresario, lo que se ofrece en este espacio se basa en el turismo regenerativo, donde se puede encontrar una moderna estructura hotelera en medio del campo y que cuenta escuela de agricultura y alimentación orgánica, de valor compartido y economía circular.

“Somos un hotel afiliado a Cotelco y hacemos parte de la Ruta de Observación de Aves del Suroccidente Colombiano de Adubon”, insistió Iván.

Actualmente, este espacio cuenta con 45 cultivos de hortalizas, legumbres, cereales, frutas, huevos, pescados, lácteos, corderos y cerdos. Un modelo sostenible de producción agropecuaria regenerativa y de consumo responsable.

“Somos más que un hotel sostenible. Somos Regenerativos. Regeneramos la tierra captando 1.000 toneladas de gas carbónico al año. Regeneramos el tejido social por contratar legalmente a residentes de la zona rural del destino”, precisó el empresario.

“Regeneramos la dinámica económica, porque compartimos valor con nuestros agricultores asociados. Durante la pandemia, durante 6 meses cerrados, dimos asistencia técnica gratuita a todo agricultor del Lago Calima que quisiera convertirse a la Agricultura Orgánica”, añadió.

Iván indicó además que los productos que no encuentran en la cosecha de su producción agropecuaria los compran a los campesinos del sector a un precio superior al mercado, en una práctica de comercio justo.

“Nuestra producción orgánica imita los cinco principios de inmunidad del bosque, producto de una investigación. Principios que aprenden los huéspedes en una experiencia interactiva”, sostuvo.

El empresario ecológico indicó también que se les da formación a quienes los visitan basados en evidencia científica, apoyada por los saberes de los campesinos que trabajan allí.

“Somos una comunidad de neocampesinos y campesinos que construimos este proyecto de agroturismo regenerativo, un staff 100% rural de los 3 municipios con jurisdicción en Lago Calima”, indicó Iván.

Por este reconocido trabajo, en el año 2020 estuvieron entre los cinco finalistas al Premio de Empresa Social del Año de la fundación Yunus y Boston Consulting Group. Actualmente son el único hotel ‘Farm to table’ orgánico del país.

En relación a sus cultivos, lo que buscan es seguir investigando la tierra para continuar diversificando la producción agropecuaria en la que se pueda garantizar que estén 100% libres de químicos.

“Nuestros chefs cosechan a diario los ingredientes que se preparan con técnicas de cocina regenerativa, para ofrecerlo en la mesa de nuestros comensales. De esta manera, producimos alimentos de alto valor nutricional y funcional, que optimizan el funcionamiento del sistema inmunológico y la salud integral”, precisó.

Quienes los visitan pueden disfrutar de un tour de agricultura orgánica, una experiencia donde los invitados interactúan en medio del bosque y los cultivos con el fin de invitarlos a tomar la decisión de alimentarse saludablemente y comprar su mercado a los agricultores locales, los que estén más próximos a su lugar de residencia.

“La experiencia en La Huerta Hotel te enseña cómo tomar las riendas de tu salud a través de la alimentación y hábitos saludables , a la vez que reduces tu huella de carbono”, puntualizó.

El hotel se podría catalogar como un paraíso en el país por su ubicación estratégica, pues se puede descansar en una zona húmeda climatizada en medio de esta esquina del Chocó Biogeográfico, la región más biodiversa del mundo.

Además, desde La Huerta Hotel ofrecen algo denominado Open Farm, un servicio que invita a los colegios de todo el país a hacer visitas a sus espacios para amar el campo.

“Se trata de una experiencia interactiva guiada por ingeniero agrónomos y mis compañeros agricultores que trabajan los cultivos. Aprenden conceptos como la fotosíntesis, aprenden a hacer abono orgánico, super magro, a aplicar los 5 principios de inmunidad del bosque, a nutrir el suelo, a hacer curvas de nivel”, puntualizó el empresario.

Lo que se busca es impactar, principalmente, a los niños que viven cerca del Lago Calima, pues muchos de ellos cuando terminan bachillerato se van hacia las ciudades. Su iniciativa es para que amen el campo.

“Se van desconociendo que el campo es el motor de desarrollo de Colombia y del mundo. Con estos Open Farm estamos respondiendo a la necesidad de sensibilización y falta de formación en sostenibilidad que padecemos en el Lago Calima, un destino de doble vocación turística y agropecuaria”, concluyó.

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