Tras permanecer sepultado por varios minutos bajo cientos de toneladas de lodo y tierra, un maquinista sobrevivió y en diálogo con BLU Radio, aseguró que estuvo a punto de perder la vida por culpa de la presión de algunos habitantes de Santacruz de Guachavez, que lo obligaron a trabajar a pesar del riesgo que existía en esa vía que conduce a Samaniego, en el sur occidente de Nariño .
Wilmer Valencia, quien tiene nueve años de experiencia en el trabajo de maquinaria pesada para despejar derrumbes, afirmó que, a pesar del peligro de nuevos deslizamientos de tierra, algunos habitantes del municipio de Santacruz de Guachavez, ejercieron presión para que los trabajos de despeje de la vía se mantuvieran hasta nueva orden.
“Yo les dije que no había condiciones porque seguía lloviendo en la zona, que la montaña estaba muy debilitada, pero esto no importó a nadie, hasta el punto que uno de los que allí estaban supervisando el despeje del derrumbe, se subió a la maquina y con palabras soeces me dijo que si me daba miedo, que él hacia el trabajo", recordó Valencia.
"Estaba dentro de la cabina de la maquina cuando, de un momento a otro, solo sentí que comencé a dar vueltas muy rápido, no podía ver nada y estaba invadido de barro y mucha agua", dijo Valencia, quien aseguró que por un instante pensó que iba a morir ahogado en medio de cientos de metros cúbicos de tierra y lodo.
Este nariñense, de 35 años, manifestó que nunca había sentido tanto miedo como el que sintió cuando la avalancha de lodo y tierra lo arrastró más de 200 metros hasta llegar al río: "como pude contuve la respiración y solo pensaba en sacar la cabeza para mirar en donde estaba", señaló el maquinista, quien dijo que es un milagro haber sobrevivido a esta tragedia.
Advirtió que fueron minutos eternos en los cuales no hay tiempo para pensar y en los que únicamente recordaba los insultos de algunos habitantes que lo obligaban a estar allí, porque minutos antes de la avalancha, habían manifestado que la maquinaria no se iría de ese lugar hasta que se despejara el derrumbe en su totalidad.
Valencia, quien apenas va a cumplir un mes y medio trabajando con la Gobernación de Nariño, dijo que el conductor de la ambulancia del municipio de Guachavez, le salvó la vida porque, sin dudar un solo instante y sin saber por dónde se lanzaba, corrió en la búsqueda de las dos personas que habían sido arrastradas por el alud de tierra y lodo.
"A él le debo mi vida", dijo el humilde trabajador, quien manifestó que si la comunidad no hubiera presionado tanto eso no habría pasado y aprovechó el momento para enviar un mensaje a los habitantes, para que no expongan la vida de los trabajadores, ni mucho menos la de ellos mismos cuando se presenten estos derrumbes, y que por el afán de abrir camino no miran los riesgos.
Publicidad
Según la secretaria de Infraestructura de Nariño, Nilsa Pantoja, en la región hay hasta hoy cinco municipios aislados por vías terrestres, mientras que otros diez tienen paso restringido a un solo carril por culpa de la ola invernal que ha provocado la perdida de al menos 100 kilómetros de la banca carreteable en varios municipios del occidente, suroccidente, vía al mar y norte de Nariño.
Escuche el podcast 'La Caja de los Cómics':
Publicidad