Luego de que el Gobierno nacional y las disidencias del las Farc al mando de 'Iván Mordisco ' anunciaran el inicio de unos diálogos de paz, los habitantes de Nariño y Cauca tomaron de buena manera este anuncia esperando que por fin haya una verdadera paz en la región, palabras que recalcaron este domingo, 15 de octubre, en mesa de diálogos de paz en la región
"Que estos diálogos estén sentados en principios reales, que se puedan cumplir y que las partes manifiesten su compromiso para una desescalada de la guerra", dijeron alcaldesa y líderes sociales de los municipios de Nariño y Cauca, en donde hay mayor presencia de las disidencias de las Farc.
Por su parte, el alcalde del municipio de Roberto Payán, Nariño, Juan Carlos Sierra, aseguró que le preocupa que "todo lo que se pacte no se pueda cumplir" y esto lleve a que como en el pasado no se tenga en cuenta a las comunidades teniendo solo falsas expectativas.
"La comunidad no quiere más engaños ni mucho menos va a permitir que el sueño de vivir en paz se vaya a desvanecer. Es necesario que el Gobierno y las disidencias blinden el proceso dando voz y voto a las comunidades, que tanto ha sufrido por el conflicto armado (...) Ya están demostrando su voluntad para recuperar la confianza de las comunidades", dijo Sinisterra.
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Asimismo, el mandatario indicó que espera que, con la voluntad de las partes de garantizar el cese al fuego bilateral, los habitantes en Nariño puedan retornar a sus veredas y corregimiento luego de ser víctimas de desplazamiento por el conflicto armado.
Llamado al que se unió el líder social Jairo Carabalí, que aseguró que las comunidades están dispuestas a apoyar este proceso de paz. Además, dijo que ya hubo un primer paso con la instalación de la mesa de diálogos y la firma del decreto del cese al fuego; sin embargo, aseguró que le preocupa que "el Estado no cumpla" y que los vacíos del acuerdo de paz del 2016 sigan aumentando.
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"No solo con callar los fusiles se va lograr la paz total", dijo Carabalí, que considero que si el Estado colombiano no hace una verdadera presencia en los municipios y campos, es muy difícil que vuelva la tranquilidad a estas regiones en donde el único medio de subsistencia son los cultivos de hoja de coca.
Por otro lado, Carlos Muñoz, integrante del consejo comunitario del Hoyo Patía, dijo que hay una esperanza grande de que este proceso de paz se diferencie del proceso anterior; pues, dijo que uno de los puntos pactados está en transformar la economía ilegal en el cañón de Micay, Cauca, que para esto debe haber una participación efectiva de las comunidades.
"Si se da eso, las comunidades están dispuestas aportar en las soluciones de problemas que solo quedaron plateados en el acuerdo del 2016, pero que jamás tuvieron eco en otros gobiernos (...) Durante décadas hemos sufrido, no solo por los combates de guerra, sino el marginamiento social y la falta de inversión del Estado que ha generado violencia en esas zonas del país", dijo.
Mientras que, Jairo Puchacana, habitante de la zona rural del municipio de Rosario, Nariño, dijo que "tienen centrada su fe y esperanza en este proceso. Aseguró que la comunidad junto a las disidencias ha logrado realizar el acoquinamiento de varios kilómetros de vías rurales, obras que han sido financiadas por la comunidad producto de su trabajo en el campo cultivando hoja de coca.
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