La fábrica ilegal de cédulas operaba en el barrio Santander, ubicado en el nororiente de la capital vallecaucana. Allí se producían mensualmente mil documentos falsos que se comercializaban a redes dedicadas al tráfico de migrantes.
Darío Fernando Daza, director regional occidente de migración Colombia, dijo que en el lugar también se producían registros civiles, permisos de conducir y documentos de viajes falsos para extranjeros que pretendían hacerse pasar como colombianos y por los que pagaban más de $400 mil.
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Durante el operativo conjunto realizado entre la Sipol de la Policía Metropolitana de Cali y Migración Colombia, se logró la captura de una persona que ya fue puesta a disposición de la Fiscalía.