El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró hace algunas semanas que comenzaría a sustituir los cultivos de coca por otros de manera gradual; sin embargo, en zona rural de Tumaco, Nariño, aseguran que ya perdieron la confianza en estas propuestas del Estado colombiano.
Blu Radio llegó hasta el corregimiento de Inda Sabaleta, zona rural de Tumaco, límites con el municipio de Roberto Payan, en la subregión del Telembi, Nariño, en donde cientos de campesinos viven desde hace más de 20 y 30 años de los cultivos ilícitos
Los cultivadores de la zona aseguran que es el único sustento que tienen y que, a pesar de que en varias oportunidades se han acogido a los programas de sustitución, siempre los han dejado abandonados a su suerte y con los proyectos productivos a media marcha; por eso, ya no creen en “falsas promesas”.
Los campesinos y afrodescendientes, en Nariño, no dejarán de cultivar la hoja de coca tan fácil como, según ellos, lo quiere el Gobierno nacional. Los cocaleros mencionan que de esos cultivos ilícitos depende en buena medida la seguridad alimentaria de sus familias y, por tanto, no confían en el Estado.
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Algunos consideran que la calidad de vida y el bienestar de millones de personas que viven de los cultivos ilícitos, por ahora, está en “una total incertidumbre”.
Utilizando dichos populares como al "pan, pan y al vino, vino", los labriegos manifiestan que esta vez no se van a dejar convencer tan fácil, por lo que esperan ver primero los resultados de los programas que propone el Gobierno antes que “arrancar una sola mata de hoja de coca”.
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Fabio Alarcón, uno de los campesinos que llego a esta región, dijo que creen en un cambio con el presidente Gustavo Petro, pero asegura que está perdiendo la confianza en las propuestas del Estado y es muy difícil creer en alguno que por muchos años sigue siendo lo mismo.
Por otro lado, el cultivador Horacio Daza indicó que las propuestas son buenas, pero deben buscar proyectos productivos dependiendo la región, según él, el Gobierno antes los “engañaron” con productos que no tenían comercialización en la zona, por eso, aseguran no creer en “falsas promesas”.
Asimismo, José Linares y Jorge López dicen que lo que mantiene viva esta región son los cultivos de coca y gracias a esto han podido educar familias y llevar un sustento en el día a día. Además, ellos han construido carreteras veredales, puestos de salud, escuelas y hasta acueductos locales gracias a esta práctica.
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