La disputa por las rutas del narcotráfico y el control territorial entre las disidencias de las Farc y el ELN en zona limítrofe entre los municipios de Jambaló y Caldono en el oriente del Cauca, ha generado temor y zozobra en más de nueve veredas.
Los fuertes combates que se han desencadenado, desde hace varias semanas, en esta zona obligaron a las comunidades permanecer en confinamiento para salvaguardar la vida de los menores y adultos mayores.
El aumento en la presencia de las disidencias de las Farc y el ELN, en medio de las casas, parques y vías, ha obligado a las autoridades indígenas suspender las clases en por lo menos cuatro instituciones educativas, afectando a más de 700 estudiantes.
“Las alertas que han declarado nuestras autoridades indígenas han implicado la suspensión de clases de al menos 700 niños y niñas indígenas en el municipio de Jámbalo y la declaración de alerta al menos de nueve veredas de ellos, seguimos en alerta máxima”, señaló Mauricio Capaz, consejero mayor del consejo regional indígena del cauca, CRIC.
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Es de recordar que días anteriores en medio de las confrontaciones violentas, los actores armados ilegales instalaron varios artefactos explosivos alrededor de una institución educativa y otras zonas transitables, situación que obligó a los estudiantes a permanecer tres días confinados al interior del plantel.
“Hemos optado por no mandar a nuestros hijos al colegio, la vida de ellos está en riesgo y vemos como los grupos de diferentes bandos están a pocos metros de nosotros, en cualquier momento se reanudan los combates y la verdad es que tememos por la vida de nuestros hijos de nuestros seres queridos, de verdad es muy difícil vivir con esa incertidumbre”, indicó un habitante de la zona.
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Por su parte, las autoridades departamentales han indicado que ya se está preparando una comisión para que en los próximos días llegue a estos municipios con el fin de garantizar los derechos humanos a la población.
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