Campesinos del norte de Nariño que cumplen más de 39 días bloqueando la vía Panamericana entre Nariño y cauca aseguran que apoyan el paro nacional, pero se distanciaron porque no se sienten representados por el Comité Nacional del Paro, que dialoga en Bogotá con el Gobierno Nacional.
Además los campesinos advierten que, a pesar de las intimidaciones de levantar por la fuerza los bloqueos, ellos seguirán en pie de lucha, pero pacíficamente.
Adolfo León, dirigente social de Policarpa, fue enfático en señalar que el paro lo están haciendo los campesinos, indígenas y jóvenes que están en las carreteras y que desconocerán, por lo menos en el norte Nariño, lo que el comité nacional pueda llegar a pactar con el gobierno del presidente Iván Duque.
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También manifestaron que desde que comenzó la protesta de las comunidades en Nariño, ninguno de los integrantes de la mesa nacional de diálogo los ha llamado a preguntarles cuáles son las necesidades de las comunidades y no han recibido apoyo alguno para mantener la resistencia en el sector de Panoya, un sitio estratégico que permite la comunicación terrestre entre Cauca y Nariño.
“Nosotros queremos hacer una mesa aparte y así lo hemos logrado con el gobernador de Nariño, Jhon Rojas Cabrera, quien en cuatro oportunidades ha estado aquí en la zona dialogando y concertando con los campesinos y jóvenes que mantiene la protesta pacífica en esta zona del norte de Nariño, a pesar que este fin de semana la primera línea que vigila la protesta logró evitar que fueran infiltrados más de 20 militares que viajaban de civil dentro de un furgón”, dijo.
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Estos hechos ya fueron denunciados a los entes de control para que el Ejército Nacional explique a la comunidad qué iban hacer esos soldados y dónde se dirigían vestidos de civil y viajando dentro de un furgón.
Otro de los líderes de los jóvenes en Nariño, Jekson Trujillo radicalizó su posición y admitió que ellos son conscientes del daño que provoca en Colombia los cultivos ilícitos, pero dijo que es la única manera que, por lo menos 17 municipios de Nariño, los campesinos han encontrado para subsistir y sacar adelante a sus hijos.
“Aquí la desconfianza es total con el Comité Nacional del Paro y con el Estado, porque muchas movilizaciones que se han hecho se comprometen a solucionar los problemas básicos de las comunidades como educación, salud, vías, escuelas y agua potable, pero cinco décadas después seguimos esperando que se cumpla con lo acordado”, dijo Trujillo.
Reacios a admitir los excesos policiales, los campesinos del norte de Nariño y del bajo Patia, esperan un mensaje más contundente de los organismos internacionales que defienden los Derechos Humanos, pues dicen que a muchas familias se le ha vulnerado el derecho a la protesta y pidieron que ellos quieren una conversación contundente y seria con los funcionarios del Gobierno Nacional.
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Los campesinos insisten que quieren volver a los cultivos tradicionales, pero aseguran que no creen en las promesas del actual gobierno de presidente Duque, porque ya está de salida y quieren una negociación firme que los pueda blindar ante el nuevo Gobierno y estar seguros que la fumigación con glifosato y la erradicación forzosa no se aplicarán, pero sí quieren concertar proyectos productivos que tengan seguros su comercialización.