"Que los vientos del sur que lo llevaron a la casa de Nariño, no se conviertan en un huracán de descontento", fue el mensaje que enviaron al presidente Gustavo Petro más de cinco mil nariñenses tras bloquear el puente internacional de Rumichaca, frontera sur entre Colombia y Ecuador.
Estos campesinos llegaron de los 64 municipios del departamento a reclamar respeto y un mejor trato para la región porque, aseguran, desde que un alud de tierra daño la Vía Panamericana en el sector de Rosas en el sur del Cauca, "el Gobierno nacional solo ha dilatado las obras y sigue de promesa en promesa".
Fue una jornada pacífica en donde campesinos, transportadores de carga, de servicio público, amas de casa, cambistas, empresarios y hasta docentes se sumaron a la marcha para exigir al Gobierno nacional que declare la emergencia social y económica para el departamento o, por lo menos, argumentan, tenga un trato similar al que hoy están dando a San Andrés y La Guajira.
Los manifestantes aseguran que darán un tiempo de espera para que el presidente y su gabinete pueda adoptar medidas que impidan mas cierre de establecimientos públicos o, lo que es peor, que empresas grandes sigan retirándose del departamento y se ahonde la crisis de desempleo en la región.
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La lluvia de criticas contra el Gobierno del cambio fue constante y hasta las comunidades indígenas expresaron su malestar por considerar que se sienten engañados. Por ese mismo motvio, exigen del jefe de estado "que diga la verdad si quiere o no ayudar a que Nariño progrese y no siga en el abandono".
Andres Charfuelan, presidente de la ACC capitulo Nariño, dijo a Blu Radio que uno de los gremios mas golpeados ha sido el del transporte. Sin embargo, agregó, "todo parece indicar que al Estado colombiano no le importa lo que suceda con los propietarios, su conductores y sus familias".
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"La marcha es y seguirá siendo pacífica, no estamos cerrando la puerta al dialogo, por el contrario, estamos abiertos para que el Gobierno nacional diga cómo va a ayudar al departamento", precisó Charfuelan.
“En Nariño, se dice, reina el abandono estatal desde hace décadas y votamos por un cambio y se cumple un año de Gobierno y ese cambio del cual teníamos la esperanza que nos diera una mejor vida se esta esfumando", dijo un líder social que hacia parte de la manifestación.
Pero al margen de este hay una empobrecida población campesina que hoy está enojada y quiere que se respeten sus derechos. Por eso, no duraron en enviar una clara y directa advertencia al Estado, asegurando que ya están cansados de la promesas cada cuatro años cuando comienza la campaña política a la presidencia.
“Estamos entre la espada y la pared, el Gobierno dice una cosa viene promete y se va y por otro lado, los grupos armados hacen otra cosa y al final quienes llevamos del bulto somos los campesinos e indígenas", dijo Carlos Valenzuela, integrante del resguardo indígena de la comunidad de los pastos.
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Los campesinos calculan que las pérdidas por la no entrega de la variante en la vía a Rosas superan los 300.000 millones de pesos en todos los gremios de la economía regional.
Arturo Ortega, director ejecutivo de la cámara de comercio de Pasto, dijo que el panorama es desalentador porque, a julio de 2023, más de 2.800 empresas y microempresas cerraron su registro mercantil y se declararon en quiebra.
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Finalmente, los manifestantes de algo, dicen, sí están seguros y es, según ellos, el pésimo estado y falta de vías de acceso, el precario servicio de salud, educación y servicios en los 64 municipios del departamento.