Hay preocupación en el municipio de Tuluá, Valle del Cauca, por el supuesto reclutamiento de niños y adolescentes por parte de bandas delincuenciales. Ahora, estas personas estarían llegando hasta las instituciones educativas para convencer a los menores de integrar sus estructuras.
Algunos, para que se conviertan en vendedores de estupefacientes, inclusive, al interior de los planteles. Otros, para que se involucren en hechos delictivos como el hurto, extorsión y homicidio, a cambio de dinero, armas y supuestamente poder.
"Nunca antes los niños y jóvenes habían estado en esta potencial amenaza por los grupos delincuenciales que buscan reclutarlos como consumidores, expendedores, distribuidores o también como parte de los diferentes grupos organizados que existen en el municipio", confirmó a Blu radio, Martin Hincapié, personero municipal.
"Esta es una alerta que se ha visto reflejada en situaciones de confrontación que se han presentado alrededor de las instituciones y dentro de ellas", agregó Hincapié.
Publicidad
Desde la Personería se ha pedido a las autoridades priorizar el sector educativo con un plan de acción al interior de las instituciones y presencia permanente de Policía a las afueras, especialmente, en los horarios de ingreso y salida.
"Anteriormente hablábamos de un tema de hurtos a las afueras de las instituciones y peleas, pero hoy existe una mayor preocupación y más delicada, pues el reclutamiento no solo se da de una forma obligatoria, también de forma ideológica", manifestó el concejal Cristian Hernández.
Publicidad
"Hace poco me compartieron un video donde lastimosamente un joven estudiante le enseñaba a consumir a los otros niños. El alcalde hoy está maquillando los problemas sociales y de seguridad y debe cuidar a nuestros niños", puntualizó Hernández.
En las más recientes capturas adelantadas por las autoridades se ha evidenciado que gran parte de los integrantes de las bandas criminales son menores de edad. Sin embargo, también son las principales víctimas de casos de sicariato, ya sea por ajustes de cuentas, o por disputas por el control territorial.
A esto se suma el reclutamiento de niños campesinos que son sacados a la fuerza de sus viviendas por parte de grupos armados como las disidencias de las Farc.