Se revive la polémica por la reinstalación de la estatua de Sebastián de Belalcázar de Cali que hace exactamente 15 meses fue derribada por comunidades indígenas Mizak durante las protestas del paro nacional.
La estatua fue reparada desde diciembre del 2021 y meses atrás la Personería ordenó a la alcaldía retornar al conquistador al pedestal y, aunque las autoridades dicen que falta poco, este proceso se ha dilatado.
El alcalde Jorge Iván Ospina explicó que en algún momento regresará y confirmó que continúan concertando con las comunidades indígenas y afro para que en el sitio queden plasmadas todas las partes de la historia. Además, aseguró que "las élites" le están poniendo al tema una atención innecesaria.
"Aquí hay un debate de fondo y espero que las élites lo puedan comprender o, por lo menos, revisar los textos de historia", dijo Ospina.
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Y aunque los mandó a leer, el congresista Christian Garcés y los concejales Fernando Tamayo y Roberto Rodríguez, le respondieron "que no puede imponer sus creencias particulares ante toda una comunidad".
"El alcalde no ha recuperado el autoestima de los caleños, ni el espacio público después de haber facilitado que nuestra ciudad fuera destruida y vandalizada. Si no es capaz de escribir el texto de la placa, pues que le pida a la Academia de Historia que está llena de expertos que lo haga", manifestó Garcés.
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"La historia de Cali no comienza ni termina con esta administración, donde una visión particular se trate de imponer sobre las otras. Ya seguir con este cuento y desde lo institucional seguir polarizando una ciudad tan llena de problemas, es dedicarse a una camorra y un desgaste", dijo Tamayo.
"Al alcalde hay que reconocerle que ha cumplido, pero a aquellos que derribaron el monumento y quienes violentaron la ciudad. Con mentiras y engaños tiene a los caleños mientras busca poner de acuerdo a grupos étnicos y sus amigos. Es un mandatario electo para todos los caleños y no solo para ese sector y manda a leer la historia, cuando el que tiene que leerla es él y entender la normativa de la ciudad es él", agregó Rodríguez.
El alcalde Ospina explicó que no se han podido poner de acuerdo con el texto de la placa, entendiendo, según él, que Belalcázar representa el esclavismo, las masacres y la muerte de pueblos originarios.
"No ha sido fácil ponerse de acuerdo porque algunos representan en la estatua una atención innecesaria. Usted no tendría porqué tener en su casa la estatua de quien violentó su pueblo, eso tiene que ser pensado bien en términos de la reconciliación histórica que es importante desarrollar", puntualizó el mandatario.
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La alcaldía anunció que, una vez regrese el monumento a su pedestal, fecha que hasta ahora no se ha determinado, también se instalarán dos estatuas más que representen a las comunidades indígenas y afro.
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