Celmira Ocampo, una bonaverense de 54 años radicada en Cali, tomó el pasado 17 de noviembre un vuelo desde el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón con escala en Bogotá y como destino final Madrid, España, donde pretendía conseguir un empleo para mejorar su calidad de vida y la de su familia.
En Madrid la recibiría un conocido que la trasladaría hasta Asturias. Sin embargo, Celmira nunca llegó. Su familia angustiada no entendía que había pasado con ella y luego de permanecer cuatro días intentando comunicarse con Avianca, la empresa respondió que había muerto en el avión.
"El avión llegó, pero no se reportó ni nada. El proceso que tenían que hacer los de Avianca es avisar que ella había llegado fallecida en el avión. Nosotros estábamos preocupados y pasó jueves, viernes, sábado y domingo", confirmó a BLU Radio, su hijo Carlos Alomía.
La familia no entiende los motivos por los que la aerolínea no se comunicó para avisar lo que había sucedido, pese a que la mujer había dejado como contacto de emergencia a su esposo Lizandro. Su hijo asegura que no presentaba enfermedades, pero si le manifestó estar nerviosa a la hora de abordar el vuelo.
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"Ella era ama de hogar, quería darse la oportunidad allá y tener mejores entradas", dijo Alomía.
La aerolínea confirmó a los familiares de Celmira que adelantarán el proceso de repatriación del cuerpo.
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