La elección de la reina del Carnaval de Barranquilla, Valeria Charris Salcedo , ha estado marcada por la polémica, y no por las aptitudes de esta ingeniera industrial de 23 años que ha crecido vinculada a las comparsas y que prácticamente carnavaleaba desde la barriga de su mamá, como ella misma afirma.
La polémica es porque no pertenece a los clubes sociales de la ciudad, sino que llegó por una especie de "meritocracia" carnavalera que implementó el alcalde Jaime Pumarejo y la nueva directora de Carnaval, Sandra Gómez.
Valeria, que no forma parte de las familias reales de la ciudad, es decir, los clanes pudientes que acumulan varias soberanas a lo largo de la historia, realizó un casting con bailarinas y muchachas de diversos barrios, y salió elegida por su conocimiento de la fiesta y su dominio de los diferentes ritmos a la hora de bailar.
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"Me dijeron que era para ser embajadora de la ciudad, pero yo no sabía que era para esto. Lo hice y me sentí muy bien, aunque fue tremenda sorpresa cuando empecé a ver por las redes que mi nombre estaba en el sonajero", explicó la reina.
Felicidades a nuestra Reina Valeria Charris, te celebramos y te acompañamos ¡Digna representante de nuestra fiesta! 🎉🎉🎉🎊🎊 https://t.co/SFvOzM8h8n
— Monómeros S.A. (@monomerossa) August 20, 2021
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Desde que el alcalde Pumarejo anunció su nombre el viernes, la polémica estalló en redes, ya que muchos en los clubes creían que estaba prácticamente definido que la joven Valentina Lapeira sería la reina, pero la sorpresa fue mayúscula.
El alcalde llamó a Valeria desde la Casa del Carnaval y, a diferencia de otros años, la elegida no estaba en su residencia pegada al teléfono sino trabajando en la empresa Monómeros y con uniforme, botas y casco.
Sobre el Carnaval, Pumarejo dijo que espera para febrero haber aplicado ya la tercera dosis a las personas con comorbilidades para que la ciudad pueda disfrutar.
Lo que se espera también es que Valeria, que no tiene los recursos de otras reinas, cuente con el apoyo de las autoridades y de la empresa privada para que el Carnaval 2022, que es el de la reactivación económica de la ciudad, sea un derroche de alegría sin distingo de clase social.