Cuatro horas de una batalla con bombas molotov, gases lacrimógenos, piedras y disparos fue lo que se vivió el pasado miércoles en la calle 72 de Barranquilla y alrededores del estadio Romelio Martínez entre la Policía, el Esmad y unos 300 manifestantes miembros de las barras y jóvenes que pedían la suspensión del partido de Copa Libertadores entre Junior y River Plate, que finalmente comenzó a la hora estipulada y se jugó completo.
A las 5:30 de la tarde comenzaron los desmanes en la 72 con carrera 47, luego de que los manifestantes derribaran las vallas de seguridad en medio de arengas de "sin paz no hay fútbol". Para evitar que entraran al estadio, la Policía hizo uso de los gases.
Durante el primer tiempo se escucharon entre quince y veinte detonaciones mientras los futbolistas jugaban, que se hicieron más notorias en el minuto de silencio.
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Afuera continuaba la batalla que dejó vandalismo, destrucción y saqueo en el comercio de la calle 72.
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"Vandalismo contra un supermercado D1, varios cajeros electrónicos, un CAI al que le rompieron los vidrios", dijo el comandante de la Policía Metropolitana, general Diego Rosero.
Los equipos no tuvieron inconvenientes para entrar y salir del estadio, sin embargo, la situación continúa muy tensa ya que para este jueves está programado el partido de América de Cali y Atlético Mineiro de Brasil en el mismo Romelio Martínez y los comerciantes exigen que se suspenda.