Restaurantes, almacenes y tiendas están con las puertas cerradas, al igual que las escuelas, en Pailitas, Cesar , donde el ambiente, según los residentes, está tenso para propios y visitantes tras el ataque con explosivos perpetrado por el ELN.
La situación ha afectado principalmente movilización de carga y pasajeros, teniendo en cuenta que el puente Trujillos, el cual fue volado con explosivos hacia las 4:30 de la mañana, conecta a la costa con el interior del país.
Vicente Joel Coronel, uno de los camioneros afectados, asegura que la empresa para la que trabaja le sugirió quedarse quieto en un sitio ante la zozobra por la posible presencia de explosivos en otros puntos de la vía.
“Por seguridad la empresa nos pidió que nos quedáramos en un hotel hasta el sábado. El ambiente es muy tenso, teníamos que entregar una mercancía y no pudimos salir. Las calles están solas”, dijo Coronel.
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Según sus cálculos, ante la incertidumbre, es posible que deba permanecer en el sector hasta el próximo sábado, por la variante habilitada en el sector de Magdalena.
Entre tanto en Barranquilla se comenzó a ver el impacto que ha tenido el paro armado del ELN. Liliana Rosales, gerente operativa de la terminal de transportes que sirve a la capital del Atlántico señaló que el flujo de pasajeros ya empezó a disminuir por el temor que sienten.
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“Las empresas no han cerrado el despacho, pero sí están muy atentos a la demanda porque los pasajeros sí han cancelado los viajes que habían comprado. Me cancelaron un viaje a Bogotá no por decisión de la empresa sino porque el 80% de los pasajeros pidieron el cambio de fecha”, manifestó Rosales.
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