Antes del huracán Iota existían por lo menos 1.000 animales abandonados en San Andrés y Providencia, pero este número se multiplicó con la devastación causada por el fenómeno natural, calculan rescatistas y organizaciones defensoras de los animales, ya que muchos propietarios que los tenían en los patios los soltaron o dejaron a su suerte.
Aunque es difícil hacer un censo de la población de animales afectados, en Providencia muchos de ellos deambulan por la isla porque las familias que los tenían debieron abandonar el lugar tras la catástrofe.
Algunos presentan heridas por escombros o por las tejas de zinc, principalmente perros y gatos. Además, caballos, cerdos y gallinas no tienen donde resguardarse porque no existen árboles.
Hay unos que están bastante regular de salud y de ánimo, y otros que parece que ya están acostumbrados a la calle
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Para ayudar a estos animales, las fundaciones Pro-Animal San Andrés Islas, Manejo Humanitario de Fauna Callejera, en Medellín, Adopta no Compres y Puro Criollo en Bogotá han unido esfuerzos para reunir donaciones materiales y económicas y llevarlas a la isla a través de la Red Ciudadana FiProvidence y con la ayuda de la Reserva Naval y la Armada Nacional.
"Estamos haciendo jornadas de alimentación e hidratación principalmente y, poco a poco, se irán organizando tratamientos. Para canalizar las ayudas, creamos un evento en Facebook, en la página Pro-Animal San Andrés Isla, donde brindamos información sobre los centros de acopio, donaciones en especie y en dinero", dijo.
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Las donaciones se están dirigiendo, especialmente, a las personas que tienen refugios de animales en la isla de San Andrés para que tengan cómo atenderlos y seguir recibiendo a más abandonados.