Alejandra tiene ocho años, es barranquillera y está diagnosticada con autismo. Pese a tener alto desempeño en matemáticas, lectura e idiomas, su paso por el colegio la ha llevado a enfrentar el bullying de sus compañeros y maestros; con burlas y señalamientos.
Así lo asegura su madre, Eneriette Herrera, quien afirma que incluso un profesor le ofreció alguna vez dinero para que retirara a su hija y la llevara a otro plantel.
A pesar de que Alejandra no entiende por qué a su corta edad ha recorrido de la mano de su madre más de seis colegios, Eneriette lamenta que ni con una tutela ha podido garantizar el derecho a la educación de su hija, para que sea tratada con igualdad y sin señalamientos.
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“Yo manifesté la discapacidad de mi hija y al día siguiente me llamaron para decirme que tenía que ir por la niña porque ellos no podían manejar su comportamiento. Me dijeron tome a su hija y si no me la medica no se la podemos recibir”, contó Eneriette Herrera.
Por el caso, la Secretaria de Educación de Barranquilla anunció su intervención, dado que la menor tuvo que volver a casa, después de una semana de iniciado el calendario escolar, pues los tratos que recibía de sus compañeros preocupaban a su madre, quien asegura no haber encontrado un respaldo en el plantel para que hubiese un acompañamiento especial.
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