Como carne de cañón, así dicen sentirse los conductores de la empresa Sobusa luego de que dos de ellos fueran víctimas de atentados a bala en menos de una semana por presuntos miembros de la banda los ‘Rastrojos Costeños’, quienes están cobrando extorsiones a la empresa transportadora.
Este jueves a otro conductor le fue arrojado un panfleto donde amenazan, incluso, a otras dos rutas de buses urbanos de la ciudad.
Edgardo Maldonado, uno de los conductores, dice que al menos unos 20 compañeros han manifestado su deseo de renunciar ante el temor que sienten por sus vidas. El conductor afirma que este viernes solo el 15% salió a trabajar.
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“Estamos tabajanado un poco nerviosos y poquitos carros. La verdad nadie quiere venir a trabajar porque somos carne de cañón, presas de estas bandas que no deberían cogerla contra los conductores de buses ya que el sueldo que nos ganamos no da para mucho. Pedimos a las autoridades que arreglen esta situación”, dijo Maldonado.
El primero de septiembre, a las 4:20 de la madrugada cuando salía al primer recorrido, el conductor de Sobusa Ángel Escorcia fue objeto de un atentado por hombres en moto. El trabajador fue herido de un tiro en el cuello y otro en un hombro. El conductor logró salvarse al salir corriendo.
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Seis días después su compañero Jamir Palacios fue asesinado en un atentado similar por delincuentes que están reclamando el pago de extorsiones.
El comandante de la Policía Metropolitana indicó que autoridades ofrecen hasta 10 millones de pesos por los delincuentes que están sembrando el terror.
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