Luis Carlos Alarcón se declaró en huelga de hombre y se encadenó a las afueras de la Escuela Militar de cadetes José María Córdoba para pedir el reintegro de su hijo, el cadete barranquillero Luis Eduardo Alarcón Barraza de 21 años, quien fue desvinculado de la institución tras una discusión con uno de sus compañeros por un mal entendido durante un partido de fútbol.
En medio del roce, al joven le partieron la mandíbula en cuatro partes.
“El 18 de marzo ellos estaban jugando y al tratar de quitarle el balón ambos caen al piso, su compañero el cadete Cevallos se levanta e intenta darle una patada, pero mi hermano se alejó y se apartó del lugar, pero en un momento dado regresó su compañero y le metió una patada y le partió la mandíbula. Los médicos dijeron que por unos centímetros mi hermano ha podido caer muerto”, narró Carlos Alarcón, hermano y apoderado del cadete.
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Tras este incidente, Barraza Alarcón fue sometido a un proceso disciplinario en el que el según su familia le dieron la misma sanción que a su agresor, es decir ambos fueron expulsados.
Para Carlos Alarcón, hermano de la víctima, la investigación disciplinaria ha tenido muchas irregularidades.
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“Se le ha vulnerado el debido proceso a Luis Eduardo. Hay muchos testimonios en la investigación en los que muchos dicen que la acción que realizó Luis Eduardo fue un momento de fuego y que él no quería agredir al muchacho, pero el otro joven sí lo atacó en la mandíbula y eso no ha sido tenido en cuenta por parte de la institución”, relató Carlo.
Carlos y su padre viajaron desde la noche del lunes a Bogotá para buscar una cita con el director general de la escuela de Cadetes, el general Giovanni Valencia, quién será el que emita un fallo definitivo.
Mientras la reunión se da, Luis Carlos Alarcón dice que seguirá en huelga de hambre para pedir que sea tenido en cuenta el derecho de su hijo a la educación.
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