Pese a los bombos y platillos que hubo, en meras palabras parece haber quedado el anuncio del director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres , Olmedo López, sobre la adquisición de 14.5 hectáreas del predio Guayabal 1 en el municipio de Piojó (Atlántico) para reubicar a las 249 familias que perdieron sus casas por un movimiento de tierra en noviembre de 2022.
Los damnificados cuestionan que en este predio todavía no se ha levantado ni una pala para reconstruir las viviendas y todo apunta a que la compra de este lote aún no se ha materializado, a pesar de que la Alcaldía de Piojó y la Gobernación del Atlántico cumplieron con la escogencia del sitio e hicieron los ajustes para habilitar esta área rural como una zona de expansión urbana, previa realización de los estudios de riesgo.
"El municipio, la Gobernación y la Corporación Regional Autónoma hicieron su parte, inclusive las empresas de servicios públicos ya generaron la disponibilidad de estos, entonces lo que estamos esperando es licenciar el proyecto, la solicitud de permisos y que arranquen las obras cuanto antes, porque es lo que verdaderamente esperan las personas que sufrieron la tragedia", expresó el secretario de Planeación de Piojó, Alfredo Soñett.
Y si en Piojó llueve, en La Mojana no escampa, pues en esta subregión llevan meses esperando a que arribe la maquinaria que prometió la UNGRD para adelantar las obras de cierre del chorro de Caregato, por donde se viene filtrando el río Cauca hace más de dos años, manteniendo bajo el agua a más de 300 mil personas.
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Anibal Janna, líder y uno de los afectados por las inundaciones en La Mojana, afirma que los anuncios han sido un rosario de mentiras: "Ya nosotros no creemos, porque hablan y hablan, pero no cumplen. Dicen que ya viene la maquinaria y no llega, y el verano ya se metió, así que se está desperdiciando un tiempo muy valioso para todos los mojaneros, que necesitamos que inicien urgente los trabajos", dijo.
La comunidad dice que, si las obras no se materializan, el próximo año podría arrancar con un paro en esta región, pues “La Mojana no resiste un año más inundada”.
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