Un día de playa que debía ser el final perfecto de una despedida de soltero, terminó convertido en una verdadera pesadilla con varios ceros de más y hasta intimidaciones para un grupo de turistas mexicanos en Playa Blanca en la isla de Barú.
Miguel Mayen, un experto en negocios internacionales, y su grupo de amigos, fueron víctima de un cobro abusivo en un establecimiento comercial del balneario. A él y a sus amigos les cobraron $6.500.000, entre otros servicios, por una picada familiar y 26 cervezas.
“Llegamos al lugar y empezamos a pedir comida y bebidas, pero nunca nos llevaron la carta, la pedimos varias veces y nunca nos la llevaron (…) seguimos pidiendo porque ya habíamos estado en otras playas, y bueno más o menos ya sabíamos los precios, entonces pensamos que iba a estar algo similar, al momento de pedir la cuenta vimos inmediatamente que era exagerado”, contó el extranjero.
En medio de su relato, el turista también aseguró que cuando preguntaron por el motivo del alto costo de la factura, les respondieron que era por el lugar en el que se encontraban.
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“Aquí los precios se cobran así porque es la playa más bonita de acá y los precios se elevan; cosa que se nos hizo muy muy elevado porque aparte nos estaban metiendo los servicios como por nuestro trabajo, o sea aparte de la propina, aparte de la estadía, fueron muchas cosas (…)”, dijo.
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Sin embargo, no fue solo el cobro abusivo, el extranjero denunció que además fueron víctimas de intimidaciones por parte de quienes les brindaron el servicio.
“Nosotros dijimos que no había manera de pagar esto, y la gente se empezó a poner un poco agresiva, al ver esto, nuestro guía de turismos que nos acompañaba empezó a mediar. Ellos empezaron a negociar la cuenta, pero seguía siendo muy elevado, entonces nosotros dijimos que no íbamos a pagar y pedimos buscar a la Policía, fue cuando entonces empezaron a juntar gente, ya estaba oscureciendo así que ya temíamos que nos fuera a pasar algo (…) Fue un momento tenso”, narró.
Finalmente, y tras no encontrar más salidas, los extranjeros pagaron $3.000.000 para poder abandonar el lugar.
“Una amiga viaja esta semana a Colombia, me está pidiendo tips, la verdad con lo que nos pasó no recomiendo que vayan a Barú. Y no por la playa ni sí, ni por el lugar, porque es bonito, es lindo, nos gustó mucho. Pero la experiencia y la sensación de miedo la verdad es que no”, aseguró, al tiempo que pidió que se investigue el hecho.
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“A partir de este caso queremos promover la buena práctica de denunciar este tipo de abusos y así facilitar el trabajo de las autoridades”, señaló, por su parte, la presidenta de la Corporación de Turismo, Natalia Bohórquez
“También hacemos énfasis en las recomendaciones que damos a los turistas, primero preguntar precios antes de consumir cualquier producto o servicio; verificar que el que los ofrece es un prestador autorizado (…) Recomendamos no recibir pruebas o muestras gratuitas y lo más importante si están expuestos a situaciones como la que mencionamos denunciar”, indicó.
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