Este martes, en medio del escándalo por la revelación de un video que muestra la forma en que un policía esposó a una mujer que reclamaba su liquidación en una tienda de Jon Sonen en Cartagena, el Ministerio de Trabajo tomó la decisión de cerrar el establecimiento tras verificar que los trabajadores no estaban afiliados a Administradora de Riegos laborales (ARL).
Blu Radio conoció el documento de los inspectores de trabajo y seguridad social, en el cual consta la acción administrativa y su justificación.
“Los funcionarios comisionados, el 29 de noviembre de 2022, se trasladaron a las instalaciones del establecimiento de comercio almacén ‘Jon Sonen Serrezuela’, dondese pudo verificar no afiliación y pagos a riesgos laborales a través de entrevista a trabajadores y consulta en la página de la administradora de riesgos laborales”, cita el documento.
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Este miércoles, también, la Procuraduría anunció la apertura de una indagación preliminar a los policías que esposaron a la mujer, identificada como Norelys Álvarez. De acuerdo con el Ministerio Público, al parecer, los uniformados pudieron incurrir extralimitación de sus funciones.
"Al parecer, los agentes se habrían extralimitado al momento de retirar del local a una mujer que reclamaba su liquidación laboral, pues la esposaron a pesar de tener una bebé en sus brazos y estar acompañada por otro menor de edad" , comunicó la entidad.
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La Procuraduría dijo que con la indagación preliminar se verificará si los uniformados incurrieron en falta disciplinaria y si en el procedimiento hubo alguna causal de exclusión de responsabilidad.
Caso viral
El caso de la mujer, Norelys Álvarez, generó profunda repercusión e indignación nacional luego de que el video fuese compartido en redes sociales. En las imágenes, se observa cómo la mujer, que llevaba en sus brazos a una de sus hijas, es conducida por agentes de la Policía que le exigen salir de la tienda.
“Me están sacando de la tienda que me debe más de dos millones de pesos hace dos años y no me quieren cancelar, llamaron a la Policía y se niegan a contestar”, dice visiblemente exaltada la madre, mientras su pequeña hija llora, y los uniformados le colocan las esposas.
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"No estaba haciendo escándalo"
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En diálogo con Blu Radio, Norelis Álvarez, la mujer que aparece en el video, relató que este momento fue grabado por su hijo de 8 años, quien estaba con ella durante el incidente y que no llegó a la tienda a “armar ningún tipo de escándalo”, sino a reclamar lo que le corresponde por derecho.
“Yo llegué a la tienda y pedí que llamaran a la persona de recursos humanos, que me dieran una respuesta, que yo soy madre soltera, tengo tres meses sin trabajo, yo estoy aquí sola y de repente ellos llamaron a la Policía. Yo no estaba haciendo ningún tipo de escándalo y la Policía insistía en que debía salir porque yo estaba alterando el orden público, que estaba espantando a los clientes, y entonces me dijeron que me iban a sacar esposada”, contó.
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De acuerdo a la madre, durante más un año y seis meses trabajó para la reconocida tienda y en octubre de 2020 decidieron terminar su contrato laboral, sin que hasta la fecha le hayan pagado liquidación.
“Después de regresar de vacaciones en el correo me encontré una carta de un traslado a Yopal, Casanare. Yo no me podía ir a otra ciudad con dos niños menores de edad y sola busqué ayuda de un abogado y la empresa me envió a descargos. Yo no quise firmar los descargos y fue en ese momento que ellos decidieron despedirme por no ajustarme a los cambios de mi empleador y ya después de ahí no me han pagado laliquidación ”, dijo.
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Desde entonces, según cuenta la mujer, inició todo un proceso legal para lograr el pago de lo que le corresponde por ley, sin embargo, no ha tenido efecto.
“Yo decidí llegar hasta allá porque estoy desesperada, no tengo empleo hace tres meses, no tengo cómo sostener a mis hijos. Yo no pretendo ni lucrarme de nada, ni ponerlos a ellos mal, mi idea es solamente que me cancelen el dinero que me deben, que yo trabajé, no es algo ni siquiera regalado ni prestado, es algo que yo me gané”, aseguró la madre de 31 años, quien llegó desde Venezuela a Cartagena hace cinco años.
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