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Mi felicidad no será completa hasta que mis paisanos reciban su casa: isleña que vivía en carpa

Vivir 11 meses en una carpa fue una tortura, tener mi casa es como el cielo: expresó una isleña de Providencia que recibió su vivienda.

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Isleña que recibió su casa nueva en Providencia
Foto: BLU Radio

BLU Radio hace presencia enProvidencia un año después del paso del huracán Iota. Visitamos también a los raizales que recibieron su casa nueva, una pareja de la tercera edad que vivió 11 meses en una carpa, quienes aseguran que finalizó una tortura, pero que esa felicidad no será completa hasta que sus paisanos también tengan su casa.

Leonida Bush Howard de 63 años es una docente pensionada, dedicó más de 30 años de su vida a la educación como maestra y después directiva docente. Aunque no estaba en Providencia hace un año cuando pasó el huracán, lo que califica como un milagro, porque su esposo tiene una discapacidad que impide caminar. Asegura que pasó por el profundo dolor al no saber nada de su familia y de llegar y encontrar su casa en ruinas, Iota la destruyó completamente.

Hace un mes le entregaron su nueva vivienda en Santa Isabel y siente que volvió a nacer. Vive con su esposo Néstor y su hijo en la nueva vivienda de 3 habitaciones, cocina, comedor y sala, donde tiene lo único que le quedó después del paso del huracán: unas sillas que pudo limpiar y adecuar a su nueva sala.

“Yo estoy muy agradecida, me siento como en el cielo, pero no estoy enteramente feliz porque todavía muchos de mis paisanos están viviendo todavía lo que yo viví 11 meses en una carpa y no es una cosa fácil”.

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La profe Leonida, como le dicen en la isla, contó a BLU Radio que le gusta que su casa tiene la arquitectura ancestral de la isla y las ventanas en madera para que en caso de un nuevo huracán, no hayan vidrios que representen un mayor riesgo cuando la brisa fuerte golpee.

11 meses en total vivió con su esposo en una carpa, tiempo que califica como una tortura. Narró que el calor era insoportable y que los dolores de su esposo incrementaron por vivir en esas condiciones: una cama en el piso, sin ventilación instalada y sin cocina porque las normas de seguridad prohíben las estufas dentro de las carpas.

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