De la fantasía a la realidad: así se podría describir lo sucedido en las últimas horas en la ciudad de Barranquilla, con el supuesto meteorito que nos recordó que realmente vivimos en Macondo, el país del realismo mágico.
Todo empezó con la misteriosa aparición de una enorme roca en un lote del barrio Villas de San Pablo, en el suroccidente de la capital del Atlántico. Muchos aseguraron que se trataba de un meteorito, lo que de inmediato fue desvirtuado por expertos porque no había cráter y porque la roca no era magnética, como sí lo son las rocas provenientes del espacio.
De muchas partes de la ciudad llegaban los curiosos y se vieron por muchas partes imágenes folclóricas: un Superman encima de un meteorito, un verso compuesto a la supuesta roca espacial, una auto designada guardiana del meteorito, gente que le rezaba a la piedra.
Finalmente, ni meteoro y castigo divino como muchos de los curiosos dijeron al encontrar la enorme roca.
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Se trató de la representación de la primera piedra de lo que será el nuevo Complejo Social Nu3, donde se brindará atención a niños, jóvenes, madres gestantes, lactantes y adultos mayores.
El propósito, prácticamente alcanzado con esta estrategia publicitaria, es poner los reflectores sobre la dramática situación que se vive al suroccidente de Barranquilla.
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Realmente una estrategia publicitaria muy hábil, que puso a todo el país a hablar del proyecto de vivienda.
Se supo que la roca fue puesta allí en horas de la noche y tal como especularon algunos escépticos, los supuestos jeroglíficos pintados sobre la enorme piedra representan los garabatos que suelen hacer los niños, quienes serán los futuros beneficiados con esta obra.
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