El juez Orlando José Petro Vanderbilt, encargado del juzgado quinto de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Barranquillla, está en el ojo del huracán por la medida con la que le dio la libertad temporal a Jorge Luis Alfonso López.
Este togado ha fungido en los últimos años con poca exposición mediática, pese a que llegó a este puesto tras ser nombrado como funcionario de carrera el 24 de noviembre de 2016, después de desempañarse como juez Cuarto Penal del Circuito de Santa Marta.
Sin embargo, el 5 de agosto de 2020, solo cuatro años después de aterrizar a este puesto, el juez solicitó ser trasladado para el Juzgado Sexto Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Barranquilla, por motivos que no expuso en detalle en la solicitud.
No obstante, para ese momento ya tenía en su despacho el expediente de Jorge Luis Alfonso , quien venía de manera reiterada solicitando para ese entonces reducciones de condena por horas de trabajo y estudio, que eran negadas por el mencionado juez.
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El traslado de juzgado de Petro no se dio y tuvo que seguir atendiendo las solicitudes de Alfonso López, a quien en octubre de 2021 le falló a favor una solicitud de medida de detención domiciliaria, para que saliera de la penitenciaría El Bosque de Barranquilla hacia una lujosa mansión ubicada al norte de Barranquilla que, en el pasado, estuvo bajo proceso de extinción de dominio por parte de la SAE.
Por esta decisión, la Comisión Nacional de Disciplina Judicial le abrió una investigación al togado por “presuntas conductas reprochables”.
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Pero esa investigación llamó en su momento la atención de muchos de sus colegas, pues Petro Valdebirt era conocido por sus severas decisiones y por, incluso, denunciar casos de corrupción en contra de sus propios compañeros.
Uno de estos casos se registró en enero de 2021 le negó a dos jueces y un fiscal un habeas corpus con el que pretendían quedar en libertad mientras enfrentaban investigaciones por el caso de la Universidad Metropolitana de Barranquilla.
Como dato curioso, el juez Petro es coautor junto con una decena más de colegas de ensayos en un libro llamado “Interpretación Jurisprudencial desde la Perspectiva de Jueces y Juezas”, siendo precisamente una interpretación jurídica la que lo tiene hoy en el centro de la tormenta.
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Petro trabaja desde una modesta oficina en el centro de Barranquilla, ubicada en un segundo piso,, donde su despacho es pequeño, pues no supera los 40 metros cuadrados. Desde allí atiende, junto a un asistente, todos los menesteres relacionados con este juzgado.
Al sitio no ha llegado desde que se conoció la noticia ni tampoco ha respondido a las solicitudes formales de entrevistas que se la han realizado.
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