En la Institución Educativa Corazón de María, en el barrio San Francisco de la ciudad de Cartagena, el dolor de una tragedia que los invade por estos días se mezcla con el orgullo del deber cumplido.
Uno de sus estudiantes, Andrés Mauricio Vega Julio, de tan solo 16 años, murió ahogado el pasado 27 de octubre en las playas del barrio Crespo, sin saber que su nombre días después aparecía en lo más alto del podio académico de la institución: el joven alcanzó el puntaje más alto de las Pruebas Saber Icfes de la historia de su colegio: 321, un logro que aseguran, era su principal sueño.
“Andrés Mauricio ocupó el primer lugar en los tres simulacros que tuvimos en la escuela, y sabíamos que podíamos esperar un muy buen resultado, él luchó por eso y sabíamos que lo iba a obtener, pero lamentablemente se nos fue de este mundo sin poder tener la satisfacción de enterarse que, no solamente fue el mejor puntaje de su curso, sino de la escuela, incluso de la toda la historia del colegio (…) Es muy triste que no se haya enterado de esto, pero yo pienso que es una satisfacción para su familia, para su mamá”, aseguró en diálogo con BLU Radio, Jackeline Esquivia, coordinadora del colegio.
Y es que obtener un gran desempeño en la Pruebas Saber Icfes 11 no solo era un sueño para Andrés Mauricio, era también la posibilidad de seguir construyendo su futuro, pues sus docentes recuerdan, que su meta era lograr una beca universitaria.
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“Él fue un gran orgullo para la institución y para su familia, fue un hijo nuestro porque estuvo desde el grado transición hasta el grado 11 con nosotros, y siempre se caracterizó por ser un gran estudiante, un estudiante integral, que no solo era bueno académicamente sino también en su comportamiento (…) Este año se dedicó como mucho ahínco a prepararse para sus pruebas porque él quería tener un muy buen resultado para ganarse una beca”, contó la coordinadora.
Andrés Mauricio, quien se graduaba de bachiller el próximo 29 de noviembre, fue arrastrado por las corrientes de las playas de Crespo cuando intentaba recoger un balón de fútbol con el que jugaba junto a dos amigos más.
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“Me reconforta que mi hijo murió en Cristo, porque tenía mucha fe”
En medio del dolor, su madre Eusebia Julio, relató que Andrés dividía sus actividades académicas con sus labores como monaguillo en la parroquia de San Francisco de Asís.
“Era muy fervorosa su fe, no le daba pena servir al altar, se consagró a los 10 años, y renovó votos el año pasado y siguió su fe, yo digo que, si Dios no lo llama, ahí estaría en su iglesia”, contó la madre.
Al menor de sus cinco hijos, Eusebia lo describió como un joven disciplinado, que siempre fue un estudiante sobresaliente.
“Él como todos mis hijos fue gran estudiante, un niño que tan dedicado que el día que nos reunieron en el colegio para hablar del Preicfes yo dije que no tenía ese dinero, y él se dirigió a la coordinadora y le dijo que le prestarán libros de la biblioteca que él iba a estudiar de la biblioteca, pero gracias a Dios una fundación les apadrinó el Preicfes, que fue algo que él aprovechó 100%”, dijo.
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