Mientras en redes sociales el pelo afro y rizado está de moda y es tendencia, en muchos sectores de la sociedad todavía persisten viejos estereotipos. Así lo denunció Víctor Padilla, un estudiante cartagenero de 23 años, para quien una oportunidad de trabajo terminó convertida en un episodio de racismo.
Según denunció el estudiante de instalación de redes de computadoras del Sena, el pasado 15 de marzo asistió a una entrevista de trabajo en un reconocido hotel de la ciudad buscando iniciar sus prácticas profesionales en el área de sistemas. Sin embargo, con lo que no contaba el también músico y actor, era que la apariencia de su pelo afro, que lleva con tanto orgullo, sería un obstáculo para la gerente de recursos humanos.
“En medio de la conversación ella me dice que espera que en el Sena me hayan enseñado a cumplir normas, y yo le dije: sí claro (..) Entonces es cuando me dice, porque tienes que cortarte eso, y me señala hacia mi cabeza, eso el pelo, porque no puede estar con la gente así, porque tú vas a estar cerca de las habitaciones y no te le puedes acerca a la gente así”, relató a BLU Radio.
De acuerdo a Padilla, pese a insistir en que podría llevar un look con trenzas, la respuesta fue solo una: debía cortarse el pelo para obtener el trabajo.
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“Yo le dije que mi pelo era yo, lo que me representaba, mi identidad, y que era difícil que me lo cortara (...) le dije que buscáramos una alternativa como hacerme trenzas, por si querían bajar el volumen, pero ella me dijo que si cambiaba de opinión y si quería seguir el proceso con ellos ya sabía lo que tenía que hacer”, contó el joven estudiante, que además lidera iniciativas culturales en el barrio Flor del Campo.
Tras rechazar la propuesta, el cartagenero decidió visibilizar este hecho que asegura hace parte del racismo presente en muchos círculos de la ciudad.
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“Me hubiera gustado decirle que no fuera racista, que no pusiera su racismo por encima de mis conocimientos, por encima de mis habilidades, de mis capacidades (…) No me voy a cortar mi pelo por protocolos racistas que hay en muchos hoteles y empresas de Cartagena”, dijo, al tiempo que indicó que estudia la posibilidad de iniciar acciones legales en contra del hotel.
Para el historiador Javier Ortiz Cassiani se trata de un evidente caso de racismo en el que se asume que las estéticas afro no son dignas de mostrar en ciertos escenarios.
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“Eso lo que demuestra son varias cosas, por un lado un continuo de prácticas racistas en una ciudad mayoritariamente negra como Cartagena; y además una falta de protocolos alrededor del tema étnico y racial, el tratamiento a los sujetos racializados en una ciudad como Cartagena, que todavía se sigue moviendo bajos los prejuicios históricos que han actuado sobre esta población”, señaló el académico.
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Ortiz Cassiani también resaltó la decisión del joven de denunciar y evidenciar ante la opinión pública este hecho.
“Que él se atreva a denunciar habla de una apropiación, de una conciencia clara de lo que sé es y sobre lo que está mal, y y lo que no se puede permitir en la ciudad de Cartagena (…) Esto está sucediendo siempre, sucede a todos los niveles como quedó evidenciado hace algunos meses con el empresario Luz Gerard y su esposa. Pero a jóvenes como Víctor, jóvenes empobrecidos, estos les sucede a menudo, y lo importante es que tuvo la valentía de denunciar”, sostuvo.
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BLU Radio intentó obtener respuesta del hotel al respecto, sin embargo indicaron que desconocen la denuncia y que revisarán el caso.