La crítica situación invernal que atraviesan los municipios en el sur del departamento del Atlántico demandan la implementación de estrategias y trabajos de mitigación, que logren evitar una catástrofe ambiental y el desplazamiento de cientos de familias ante el riesgo de posibles inundaciones.
Tal es el caso de los corregimientos de Aguada de Pablo y La Peña, en jurisdicción del municipio de Sabanalarga, Atlántico, ante el inminente peligro que corren cerca de 22.000 familias, ya que el Embalse del Guájaro se encuentra a tan solo un centímetro de alcanzar su cota máxima de desbordamiento.
Jaime Polo, líder comunitario en el corregimiento de La Peña, confirmó que el choque entre las olas del Embalse y el muro de contención ha dejado afectaciones en salas y patios de algunas viviendas, las cuales presentan leves inundaciones por la filtración de las aguas. Sin embargo, asegura que el panorama "podría ser mucho peor", si no se atiende la emergencia.
"Nosotros continuamos en zozobra constante. Las olas cuando chocan con el malecón, o el muro de contención que allí construimos, generan que las aguas se filtren afectando varias viviendas en el corregimiento de La Peña", aseguró.
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Entre tanto, Polo destacó la voluntad administrativa de la gobernación del departamento del Atlántico en materia de acciones para atender la emergencia; sin embargo, sugiere que las Compuertas del Embalse del Guájaro sean cerradas para evitar una catástrofe.
Cuatro corregimientos en el sur del Atlántico inundados por filtraciones del río Magdalena
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La esperanza de los pobladores continúa puesta en la llegada de tracto-bombas para iniciar los trabajos de prevención; sin embargo, a la espera de cumplir algunos requerimientos para que la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres decida enviarlas.
Habitantes de Martillo y La Retirada, en Ponedera; Cascajal, en Sabanalarga; y Bohórquez, en Campo de La Cruz; piden que “los saquen del agua” tras constantes filtraciones del río Magdalena en dichas zonas.
"Yo soy discapacitado y no puedo salir de mi casa, ya que no tengo la manera. Las vías están llenas de fango, lodo, agua y es difícil moverse. Veo que personas que no cuentan con ninguna condición también ven con preocupación el tema de la movilidad, estamos encerrados", expresó Edgardo de La Hoz, habitante de Bohórquez.
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