"El que disparó tenía una mini uzi e hizo más de 40 tiros": testigo de masacre en Barranquilla

Nuevos detalles se conocen en torno al ataque armado que dejó cuatro personas sin vida y seis más heridas en una tienda de Barranquilla, mientras unas 60 personas veían en la terraza del establecimiento un partido del Junior a través de la televisión.

De acuerdo con un vigilante que trabaja en la zona, y quien pidió la protección de su identidad, hacia el inicio del segundo tiempo del partido llegó un hombre en solitario al estadero a solicitar una tienda. El hombre llamó la atención del vigilante, quien trabaja en un establecimiento que queda diagonal al sitio de ataque, pues no se le hizo conocido dado que quienes llegan al sitio suelen ser personas del barrio.

"El tipo llegó, pidió una cerveza y después sacó el arma. Sacó una mini uzi y empezó a disparar. La gente comenzó a correr y a protegerse a la voz de tiro. Yo estaba un poco retirado y me protegí porque ese tipo se volteó y empezó a hacer disparos mientras giraba con el arma cuando estaba corriendo hacia una motocicleta que tenía un conductor que lo esperaba", dijo.

Según su testimonio, el hombre vestía una bermuda negra y se fue trotando del sitio después de hacer unos 40 disparos, distribuidos en cuatro ráfagas, contra un grupo de seis personas que estaban en primera fila viendo el partido, entre los que estaba el patrullero Reinaldo José Orozco Picalúa, quien era habitante del sector y cliente frecuente del sitio.

"Era un hombre conocido en el barrio. Deja un hijo huérfano. Es bastante triste lo que está sucediendo en el sector. Era policía activo y vecino de nosotros, muy conocido por aquí y buena gente", dijo otro residente de la zona, quien pidió reserva de identidad.

El ataque

De acuerdo con el vigilante, una vez inició la lluvia de disparos, las más de 60 personas que estaban en el sitio trataron de ponerse seguras entre mesas, sillas y hasta dentro de los carros en los que llegaron. Cuenta que las sillas y las mesas terminaron en el suelo y que hasta el dueño de la tienda cerró el establecimiento y desistió de cobrar la cuenta a quienes estaban consumiendo.

"La gente corría a protegerse, hasta en los carros se montaron. El tipo estaba loco disparando", comentó.

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