Entre el trabajo y la muerte, así se encuentran más de 200 conductores en Barranquilla tras los recientes atentados a bala registrados en la última semana.
Algunos con rabia, otros con desespero, e incluso, con rostros de desesperanza, bloquearon la entrada al parqueadero de la empresa para llevar a cabo un paro indefinido hasta tanto no les entreguen garantías para salir a trabajar seguros, pues se sienten declarados ‘objetivo militar’ en el marco de las presiones que están ejecutando miembros de Los Rastrojos- Costeños para que la Fiscalía no solicite 60 años de prisión contra alias el ‘Negro Ober’, máximo líder de la banda.
“No tenemos garantías, no trabajamos seguros y estamos a merced de los criminales. No podemos salir de nuestras casas con miedo de no volver a ver a nuestra familia”, dijo Mauricio Alvarado, conductor de la empresa Coolitoral.
La Policía fue quien alertó que este peligroso criminal busca la manera de intimidar y presionar, a través de los Rastrojos-Costeños, para evitar ir a la cárcel por los delitos de secuestro, extorsión y homicidio, entre los que se incluye el descuartizamiento de Angelo Cera Jaimes.
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"Nosotros somos los paganinis de esta batalla. Exigimos que hayan garantías de trabajo, acompañamientos, más patrullajes, que el Ejército salga a las calles y blinden las zonas que se consideran rojas”, señaló Jorge Baena, conductor de la afiliada Cootrab.
Esposas de los conductores también se pronunciaron
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Entre tanto, esposas de los conductores se mostraron a favor del cese de actividades, alegando que prefieren una crisis económica en sus hogares antes que sus esposos pierdan la vida a manos del hampa.
“Aquí estamos y no vamos a permitir que vayan a trabajar. En la casa tienen a sus esposas, a sus padres, a sus hijos esperándolos y no es justo que lloremos una muerte porque la Policía no hace lo que tiene que hacer para protegerlos”, aseguró una de ellas, pidiendo reserva en su nombre.
Asimismo, otra de las mujeres que llegó hasta las afueras del parqueadero de la empresa para impedir que su esposo saliera a trabajar, aseguró que “Por unos pesos no nos vamos a morir. De peores crisis ha salido la gente, así que primero la vida. Sin vida, no hay trabajo”.
Ante la incertidumbre por la inseguridad que enfrentan los conductores tras cinco atentados en menos de cinco días, los choferes de otras rutas no descartan irse a cese de actividades también.
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