En cinco meses, Fabián Pineda debió sepultar a su mamá, su papá y dos hermanos, luego de que todos perdieron la batalla contra la COVID-19.
El hombre, quien labora como gerente de una cadena de supermercados enBarranquilla, logró vencer el virus en casa, pero aún no se repone de ver cómo cuatro miembros de su núcleo familiar no corrieron con la misma suerte.
Primero falleció el hermano mayor, quien sufrió un paro fulminante en julio y solo después de su muerte se descubrió que, aunque estaba asintomático, padecía el coronavirus.
Hace 20 días, el hermano menor, de 36 años, decidió visitar a sus dos padres en Soledad, Atlántico. Más tarde Fabián también estuvo de visita donde papá y mamá, quienes permanecían aislados por prevención. Al cabo de unos días, todos dieron positivos para COVID-19 y solo él pudo vivir para contarlo.
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Lastimosamente mi hermano ingresó a una clínica, después a UCI y de ahí no volvimos a saber más nada de él hasta el día de su fallecimiento. Luego, muere mi papá sin ni siquiera saber que cuatro días antes había fallecido su hijo, mi hermano. Y ocho días después fallece mi madre sin saber que había muerto su hijo y su esposo
Una hermana de Fabián también contrajo el virus y aún está contagiada. Hoy su mensaje es a no confiarse y ser prevenidos frente a la pandemia que aún no se ha ido.
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"Hay personas que andan en la calle sin ningún tipo de protección, por eso es que yo, con todo el dolor de mi alma, les comparto esta información para que tengan presente que esto es doloroso y también causa un gran daño psicológico", finalizó Fabián.