A San Andrés ya no solo llegan turistas ilusionados con bañarse en el mar de los siete colores, sino también extranjeros que quieren llegar a Estados Unidos, como sea, pero evitando su paso por la selva del Darién, famosa por las arduas condiciones que ofrece a quienes intentan cruzarla.
Para esto, pagan hasta USD 1200 dólares a personas que les prometen viajar durante la madrugada hacia Nicaragua a bordo de pequeñas lanchas, en viajes que pueden durar hasta ocho horas y que dependen de cómo los trate la marea para llegar a su destino.
Para esto, deben arribar a San Andrés bajo la fachada de turistas, con reservas de hotel incluidas. Sin embargo, la estancia la pasan en el cayo Albuquerque, una pequeña fracción de tierra que no está habilitada para el turismo sino para la pesca artesanal, pero que ahora se vuelve la sala de espera de quienes buscan dar el salto para acercarse a Centroamérica.
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El contralmirante Hernando Mattos Dagger, comandante del Comando Específico de San Andrés y Providencia, señala que esta red empezó a operar este año y que en las últimas horas encontraron, en dicho cayo, 39 personas, entre las que había14 menores que esperaban por tomar su viaje.
"Esta modalidad la detectamos a principio de año que fue cuando cogimos las primeras lanchas. En este momento es claro, por la cantidad de personas que han encontrado, que hay una red. En estos momentos, ya a través de la Fiscalía, estamos colocando las denuncias pertinentes con esta red de coyotes que están prestando este servicio ilegal para que se pueda tomar una acción penal", indicó.
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Comenta que, en su mayoría, se trata de migrantes venezolanos, quienes buscan nuevas oportunidades en el país del norte y que siguen un camino de pasos por zonas irregulares a través de Guatemala, El Salvador, Honduras y México.
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