Un total de 928 riñas atendidas, 683 fiestas desmontadas y 1.070 comparendos impuestos a ciudadanos es el balance que entregó la Policía el pasado fin de semana en el que hubo toque de queda y ley seca para prevenir contagios con COVID-19.
El General Diego Rosero, comandante de la Policía Metropolitana, informó que la situación más común fue la de algunos ciudadanos que cerraron las calles para festejar recordando el Carnaval, como ocurrió en el barrio Bella Arena en donde más de 150 personas sin tapabocas y ningún distanciamiento social, celebraron con música de un picó.
La fiesta fue intervenida gracias al llamado de la comunidad y los infractores debieron regresar a sus casas.
“Fue el único caso en el que al llegar la policía hubo un altercado. La Policía tuvo la necesidad de intervenir un poco más trastico, sin embargo, la situación se controló rápidamente”, indicó el general Rosero.
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Pese a estas situaciones el oficia indicó que el comportamiento en general fue positivo por cuando se registraron menos reuniones que en otros fines de semana.
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