Un mono cabeciblanco que se paseaba entre los árboles del centro de Barranquilla pasó de llamar la atención a volverse un residente incómodo en el vecindario. Su sentencia de muerte fue tomar confianza en la interacción con los humanos hasta que un salto por comida lo llevó a expirar el pasado domingo.
De acuerdo con lo que cuenta Daniel Pardo, veterinario de Barranquilla Verde, fueron alertados sobre la presencia del animal en el sector, pero cuando hicieron la visita técnica no les fue posible capturarlo y llevarlo hasta un sitio seguro.
Sin embargo, el pasado domingo la comunidad realizó el reporte de que se encontraba el animal sin vida en una zona comercial. Una vez llegaron a hacer el levantamiento del cuerpo y la inspección, notaron signos por envenenamiento.
"Las personas no tuvieron mucha tolerancia con el animal y desafortunadamente envenenaron al animal. Nos mostraron unas fotos en las que se entiende que esto fue lo que sucedió", indicó el funcionario.
Al parecer, este mono cariblanco había llegado a la zona, tras ser víctima del tráfico ilegal de especies, dado que son animales muy comprados en el mercado negro por su pequeño tamaño y pelaje. Se trata, a su vez, de una población que se encuentra diezmada en el Atlántico por ser "tan apetecidos".