Con gran incertidumbre y mortificados, así dicen haber amanecido cerca de 210 familias de campesinos y desplazados de la violencia que desde hace 12 años empezaron a ocupar la hacienda La Oficina, ubicada en el municipio de Chimichagua, en el sur del Cesar, pues, aunque hasta este momento no han llegado a desalojarlos, tras cumplirse el plazo de 48 horas que dio el presidente Gustavo Petro para que salieran, temen que se les meta a cualquier hora para sacarlos.
Erasmo Arrieta, uno de los campesinos, cuenta que llegó a esa finca como trabajador y desde hace 11 años ha permanecido allí.
En la actualidad tiene lista una cosecha de mango que espera recolectar para el sustento de su hogar y, al igual que las otras familias, no está dispuesto a salir, pues, según ellos, lo que ha hechos es trasformar un predio que era improductivo en la despensa alimentaria de varios municipios.
Dicen que no esperaban esta decisión del presidente y que la guerra se puede estar desatando por la alimentación.
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“Creo que la guerra hoy no se va a desatar por cosas materiales, sino por la alimentación del ser humano. No tenemos de dónde alimentarnos, recursos para que nuestros hijos asistan a la universidad. Nosotros, las 210 familias, trabajamos en el gobierno de Petro acá en el municipio de Chimichaga y no nos esperábamos esto”, dijo Arrieta.
Por el momento han dicho que tienen instalados puestos de vigilancia por si viene la Policía o alguna otra autoridad para sacarlos.
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