Durante la audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz sobre el Canal del Dique , que se lleva a cabo en Cartagena, los habitantes de las comunidades aledañas a fuente hídrica recordaron los momentos de horror que vivieron durante años por cuenta del conflicto armando.
En un desgarrador relato, Aura Esther Camargo, vocera de la Ruta del Cimarronaje, que congrega a consejos comunitarios y organizaciones de los municipios del Canal del Dique, describió cómo el miedo casi los desplazó del cuerpo de agua que marca la identidad de estas comunidades.
“No podíamos ver las aguas del Canal del Dique porque veíamos más sangre que agua; veíamos más grasa humana que peces, porque ya los pescados ya no los podíamos comer porque olían a sarna porque eran comedores de muertos; y cuando comíamos pescado creíamos que nos estábamos comiendo a nuestros seres queridos”, dijo, con voz entrecortada, la mujer, al tiempo que afirmó que están convencidos que los restos de sus familiares se encuentran en lo profundo del canal.
Precisamente la Ruta del Cimarronaje viene solicitando desde el 2021 a la JEP decretar medidas especiales para proteger los restos de las víctimas que, fueron arrojados al cuerpo de agua, ante el eventual desarrollo del megaproyecto del Canal del Dique .
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“Tenemos la convicción que nuestros seres queridos están allí, y por eso hoy exigimos a la JEP que exista la posibilidad de un protocolo de exhumación porque sabemos que hay hallazgos y con los hallazgos vamos a reconstruir nuestra historia como pueblos negros, como pueblo indígenas, y vamos a recuperar el Canal del Dique (…)”, sostuvo.
En medio de la audiencia, que estuvo marcada por actos simbólicos y restauradores para las víctimas, el Grupo de Análisis de la Información de la JEP confirmó que existen 121 puntos de interés forense a lo largo del Canal del Dique y sus área de influencia, desde donde se habrían arrojado los cuerpos de las víctimas de los grupos armados a las aguas del canal.
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Unos 79 de estos puntos fueron identificados como sitios de disposición de cuerpos, que también fueron utilizados por los grupos armados para asesinar y desmembrar cientos de víctimas.
De acuerdo a los analistas, hay suficiente evidencia testimonial sobre puntos de coincidencia entre lugares donde se llevarán a cabo obras de dragado y construcción de esclusas del proyecto; precisamente con los sitios de interés forense.
Algunos de ellos son el puente de Calamar, en el tramo Calamar- San Cristóbal; el tramo Soplaviento y Mahates, específicamente en la Ciénaga de Jobo donde durante la época de invierno pobladores veían flotar los cuerpos de las víctimas; el tramo Caño Correa y la esclusa de Puerto Badel, en donde un testigo relató que un día mientras descansaba pudo ver más de 28 cuerpos en el agua.
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Además, en este mismo tramo, la zona conocida como Lomas de Matuniya o Loma del Muerto, donde está ubicada una estación del acueducto de Cartagena, fue utilizada como lugar de disposición de cadáveres entre 1998 y 2005.
“Según los relatos de integrantes armados y de víctimas, en este lugar llevaban a las personas, las desmembraban, y por todo lo que significaban estos actos de violencia las aguas eran contaminadas, y estas aguas llegaban al sitio de toma de agua para la ciudad de Cartagena”, describió Luis Gabriel Salas, profesional del Grupo de Análisis de la Información de la JEP.
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Para el analista, no se puede desestimar que aún existan restos de personas desaparecidas, y que pueden ser encontrados en el momento que se ejecuten las obras de dragado y de construcción de esclusas.
“Encontramos una correlación muy alta entre los sirios asociados a este fenómeno ten reprochable con dimensiones inhumanas que ocurrieron sobre el Canal del Dique, y podríamos considerar que la ejecución de este proyecto se podría considerar también una oportunidad para la búsqueda de cuerpos y de fósiles de las víctimas”, indicó.
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