Es crítica la situación de orden y seguridad que se vive desde los centros de reclusión del Caribe.
Por una parte, durante la madrugada del pasado domingo se presentó una riña al interior de la carceleta San José, en Barranquilla, donde fue torturado y asesinado un joven de 19 años identificado como Aldair Moreno.
Asimismo, en la celda de la estación de Policía La Permanente de Valledupar, sobre esa misma hora, un operativo de traslado de reclusos terminó en amotinamiento.
Los reclusos se negaron a ser movidos de sitio y, por esto, empezaron a tumbar una pared para tomar pedazos de concreto y lanzarlos contra la policía, mientras realizaban también un conato de incendio.
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La revuelta requirió la intervención del Esmad y, al final, dejó un saldo de 35 heridos. El operativo de control requirió la dirección del general Jorge Urquijo, comandante de la Policía de Barranquilla, quien se puso al frente de la crisis para restablecer la normalidad y cumplir con los traslados previstos.
El personero de Valledupar, Silvano Puello, aseguró que ya estarían identificados los responsables de este amotinamiento.
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El hacinamiento y la falta de cupos en cárceles para el traslado de reclusos son los problemas comunes en ambos casos. Para el caso de la carceleta San José de Barranquilla el hacinamiento es de 2.000%, mientras que en la de Valledupar hay 500 personas cobijadas con medida de aseguramiento, siendo que el establecimiento solo tiene capacidad para 60.
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