El anuncio del pico y cédula en Bogotá le amargó la Navidad al sector de los restaurantes que venía recuperándose y podría llevar a una segunda oleada de quiebras debido a que tiene los mismos efectos económicos que una cuarentena.
En un solo día desde la decisión, las reservas se desplomaron más de un 60% y las ventas cayeron a sus peores niveles en meses, según la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodres.
Desafortunadamente vamos a tener que volver a suspender trabajadores, vamos a tener que volver a despedir personal, vamos a tener que asumir una pérdida inmensa del inventario que tenemos en nuestros negocios
A esto se suma que muchos establecimientos entran a esta nueva etapa de restricciones con sus cuentas en rojo: deudas y una montaña de cuentas por pagar que se acumularon a lo largo del año. Las perspectivas de que sobrevivan hasta el 15 de enero con la nueva restricción son mínimas en muchos casos.
El sector le está pidiendo a la Alcaldía de Bogotá que excluya a los restaurantes del pico y cédula, como lo han hecho otras ciudades, y que establezca en su lugar medidas para reforzar los protocolos de bioseguridad. Por ejemplo, permitir que solo puedan atenderse a los clientes con reserva previa.