En la madrugada de este martes, la calle 13 con carrera 10 de Bogotá se convirtió en el escenario de un operativo llevado a cabo por la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA) que tenía como objetivo desmantelar posibles actividades de contrabando en algunos locales de la zona.
Sin embargo, lo que comenzó como una acción para hacer cumplir la ley se transformó en un episodio de disturbios que involucró a comerciantes, empleados, y las autoridades.
El operativo se inició alrededor de las 11:30 de la noche, cuando las autoridades ingresaron a varios establecimientos comerciales sospechosos de tener mercancía sin la documentación adecuada. Esta intervención generó un malestar inmediato entre los comerciantes y sus empleados, lo que desencadenó enfrentamientos con la Policía Nacional.
La situación se volvió aún más tensa cuando los disturbios se propagaron hasta el parque de la Mariposa, donde algunos manifestantes dañaron la puerta de ingreso a la estación Jiménez, costado oriental.
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La policía logró dispersar a los manifestantes, pero la protesta continuó en la Carrera Décima, donde se incendiaron algunas canecas de basura y se interrumpió el tráfico de vehículos en esa vía. Además, los manifestantes arrojaron huevos a los policías, lo que resultó en una lesión de uno de los uniformados.
Durante el operativo, las autoridades se llevaron bolsas enteras de mercancía, incluyendo zapatos, de varios locales. Hablando con uno de los propietarios afectados, este expresó su confusión, afirmando que venden productos nacionales y que cuentan con facturas que respaldan sus compras a proveedores legítimos. Sin embargo, se les acusa de plagio, lo que ha generado un gran conflicto en la zona.
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Los comerciantes argumentan que el problema no solo radica en las acusaciones infundadas, sino también en la forma en que se llevan a cabo estos operativos. Afirman que las autoridades llegan en horarios nocturnos y sin la presencia de los dueños de los locales, lo que genera una gran angustia y afectación económica. Además, denuncian que las mercancías son confiscadas sin un adecuado registro, lo que dificulta su posterior recuperación.
Los comerciantes dicen están agotados por la constante presión de estos operativos y los disturbios de hoy son un reflejo de su malestar acumulado. Esperan que las autoridades escuchen sus demandas y buscan llegar a un acuerdo para que se les devuelva la mercancía confiscada y se establezcan procedimientos más transparentes y justos para futuros operativos.