Sin embargo, Grajales respalda que al drogodependiente hay que quitarle el carácter delincuencial; “al enfermo, al adicto, y hay que llamarlo así. Lo que en el Idipron tenemos detectado es que en la calle percibimos hay realidades que no son evidentes, que la droga es el gran enemigo a vencer si queremos rehabilitar al habitante de la calle”.
“Creería yo que droga, desorden público e inseguridad son los ingredientes nefastos para construir una sociedad inviable, no queremos eso ni para Bogotá ni para el país”, agregó.
La medida del alto tribunal establece que la persona debe comprobar que es adicta y por lo tanto serían expertos forenses los que determinen cada caso de manera individual.
“Se debe demostrar que la persona necesita, habida consideración de sus situación personal del consumidor, adicto o enfermo, esto es, una dosis cuya cantidad debe ser representativa de la necesidad personas y del aprovisionamiento”, reveló en su momento el magistrado Eugenio Fernández.
Además, explicó que si la cantidad que la persona porta es desorbitante, no se puede hablar de un enfermo.
Actualizado: abril 29, 2016 03:53 p. m.