Hay una pelea casada entre el Acueducto, que es el operador de esta planta de tratamiento de aguas residuales, y el contratista encargado de construirla, pelea que debe quedar resuelta si o si antes del 12 de septiembre, fecha final de entrega de todo el proyecto.
Por un lado, el consorcio que tiene a cargo la obra dice que la planta está funcionando y tratando el 100 % del agua que llega, mientras que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá dice que está operando, pero con graves fallas.
La Contraloría de Bogotá fue hasta el sitio e hizo una advertencia, ya que es imposible que entreguen la obra en casi un mes que queda de contrato, y es a que se pongan de acuerdo las partes o entrarán a imponer las respectivas sanciones.
“No hay una posibilidad física y material de hacerlo, creo que el contrato debe ser objeto de algún tipo de prórroga que deben acordar las partes. En caso de que en medio de la operación se deban realizar inversiones que debían hacerse en el marco del contrato de obra, vamos a entrar a buscar y sancionar a los responsables”, dijo el contralor distrital, Julián Ruiz.
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El contratista ya dio una fecha y se comprometió a entregar toda la planta funcionando y las obras listas a más tardar a finales del primer semestre del próximo año. Incluso, la representante legal del consorcio, Gloria Laverde, mencionó que ellos van a responder por fallas en los equipos que estén dañados por garantía, pero no por los que estén dañados por uso del Acueducto.
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“Los activos no son del Acueducto, es falso lo que se ha afirmado de que se van a entregar equipos defectuosos porque estos son equipos que están asegurados a favor de la CAR y que su vencimiento está incluso superior al 2023. No es cierto que vía tarifa se tenga que hacer reparación por daños en los equipos”, añadió la representante de la compañía.
La Contraloría General de la República, por su parte, advirtió que, si esta planta llega a detener su operación, como se ha venido diciendo, se generaría un daño irreparable al medio ambiente, ya que las aguas residuales de 3’000.000 de bogotanos terminarían en el río Bogotá totalmente contaminadas.
“Lo que no puede pasar es que esta planta cese en su operación, esto significaría un riesgo ambiental muy grande, ya que las aguas que hoy se tratan en esta planta, se verterían sin ningún tipo de tratamiento y totalmente contaminadas al río Bogotá, eso sería una catástrofe ambiental, lo ha venido advirtiendo la Contraloría”, destacó Gabriel Jurado, contralor delegado para el medio ambiente.
Lo cierto es que no se ve voluntad de ninguna de las partes por ceder. Mientras que el Acueducto dice que se lo están entregando dañado, el contratista dice que va a responder y que se demora un poco más la entrega, mientras tanto, el que está corriendo peligro es el río Bogotá, ya que la planta de tratamiento todavía está en veremos.
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