En el barrio San Luis, en la localidad de Teusaquillo, Cristian Rodríguez, un joven del sector salía de su apartamento con afán por llegar a su cita médica. Luego de no conseguir un taxi por aplicativo, a las 8:00 de la mañana, salió a coger un taxi en la vía pública.
Al subir al vehículo, el conductor inmediatamente le ofreció spray antibacterial y, desde ese momento, Cristian no recuerda nada.
Sobre las 11:30 de la mañana, 3 horas después, Cristian se despertó en su cama con un profundo mareo.
"Pensé que no me había levantado, busqué el celular, empecé a ver a mi al rededor y las cosas de la mesa o de la cama ya no estaban. Lo único que pensaba es que estaba muy mareado, solo quería vomitar, le pedí un minuto a un señor del mantenimiento del edificio y llamé a un amigo para que me viniera a auxiliar”, narró el joven.
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De manera inmediata su amigo lo fue a ayudar mientras era sometido a exámenes médicos.
"Los médicos me dijeron que todos los síntomas eran de escopolamina, pero mezclado con una droga mucho más fuerte, qué, no se sabe" manifestó Rodríguez.
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El joven agregó: “Es horrible. El estado de vulnerabilidad en el que uno entra, el estado de voluntad, cómo entré, cómo abrimos, no lo sé".
Tras esta traumática experiencia, Cristian Rodríguez hace un llamado a las autoridades y a las empresas de transporte para brindar seguridad al usuario de taxi.
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