Desde hace 12 días, 14 comunidades indígenas se encuentran asentadas en el Parque Nacional, en Bogotá. Estas más de 1.300 personas, de las cuales 500 serían niños, están durmiendo en cambuches hechos con bolsas plásticas y en carpas que han instalado en el parque.
Estas personas han montado en el parque su propia guardia y en diferentes zonas del parque se reúnen en pequeños grupos para cocinar, mientras se ve por todo el espacio a niños correr y jugar por el lugar.
Edmu Toro, comisionado de los jóvenes indígenas en Bacatá, explicó que hay “un promedio de 450 a 500 niños aproximadamente, mujeres gestantes, mujeres lactantes y adultos mayores”.
Estas comunidades están durmiendo en colchonetas y con cobijas dentro de estos cambuches. Sin embargo, estas condiciones han hecho que la situación de salubridad se esté agravando cada día más. Según el coordinador de la comunidad Embera Katio, Pedro Nelquedacamas, “algunos niños están enfermos, tienen diarrea, están mal de salud algunas mujeres y se necesitan medicamentos”.
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Según dicen los líderes indígenas, la atención en salud a estas comunidades la están brindando principalmente particulares o fundaciones que han decidido apoyar estas labores.
Ellos se encuentran en el parque haciendo una protesta y pidiéndole a la Alcaldía que instale una mesa de diálogo ya que buscan ser tenidos en cuenta en la planeación de las políticas públicas, pues dicen que, históricamente, los han relegado de la toma de decisiones. Asimismo advierten que hasta que no tengan estas garantías no se irán del lugar.