A lo largo de la historia de Bogotá, elServicio Geológico Colombiano (SGC) ha registrado varios sismos de relevancia que han dejado su huella en la ciudad y sus alrededores. Estos eventos sísmicos han tenido efectos significativos y han marcado momentos clave en la historia de la capital colombiana.
En el transcurso de los últimos 379 años, Bogotá ha experimentado siete sismos importantes que han dejado una marca en la memoria colectiva y en la infraestructura de la ciudad. A pesar de que ninguno de estos sismos tuvo su epicentro en Bogotá, sus efectos se sintieron de manera contundente en la ciudad y sus alrededores.
El sismo del 31 de agosto de 1917, según las investigaciones en sismicidad histórica realizadas por el SGC, ha sido el sismo que más destrucción ha generado en la ciudad (pese a que el epicentro no fue allí).
Afectó principalmente el pueblo de Tunjuelo de la Real Corona, que actualmente forma parte de la localidad de Tunjuelito. En este sismo, la iglesia del pueblo tuvo que ser derribada y varias casas resultaron averiadas, con el trágico saldo de cinco personas fallecidas.
Los
7 sismos
que han dejado su marca en la historia de Bogotá
- 18 de octubre de 1743 (magnitud deducida de 6,2)
Colapsaron las iglesias de Fómeque y Fosca, y se presentaron daños severos en las de Cota, Chía, Une, Ubaque, Chipaque y Choachí. Una persona falleció en un deslizamiento que se dio en el municipio de Quetame. En Bogotá hubo daños en casas e iglesias como las de Monserrate, Guadalupe, Santa Clara y Santa Inés.
- 12 de julio de 1785 (magnitud deducida de 7,1)
En Bogotá, 9 personas perdieron la vida (7 debido a las ruinas de la iglesia de Santo Domingo y 2 en la Capilla del Sagrario). Además, colapsaron la Ermita de Guadalupe y la iglesia de Engativá, y se presentaron daños severos en otras iglesias como las de Santo Domingo, San Francisco, Las Cruces, Santa Inés, San Carlos, Las Nieves, Veracruz y San Diego. Las iglesias de Fosca, Facatativá, Cajicá, Cota, Chía, Pasca, Bojacá, Soacha y Cáqueza se vieron notablemente averiadas, siendo necesario reedificar algunas de ellas.
- 17 de junio de 1826 (magnitud deducida de 6,5)
Se desconoce si dejó personas fallecidas o heridas. Las poblaciones más afectadas fueron Úmbita, Ramiriquí y Sotaquirá, en Boyacá, ya que sus iglesias colapsaron. En Tunja se agrietó la iglesia del Colegio de Boyacá, la casa de gobierno, el hospital, y otras casas y edificios. En Bogotá se presentaron daños considerables, especialmente en iglesias y conventos, pero no hubo colapso de construcciones. Debido a la gravedad de los daños, en la capital se suspendieron las actividades laborales durante 8 días.
- 16 de noviembre de 1827 (magnitud deducida de 7.1)
Entre 250 y 500 personas de todo el país perdieron la vida por deslizamientos y avalanchas de ríos. Este evento se referencia como uno de los más destructivos en la historia nacional. Los relatos que lo refieren son impresionantes y dan muestra del daño general que hubo en muchas poblaciones, además de los graves efectos en la naturaleza como represamientos de ríos por deslizamientos, inundaciones y avalanchas. El departamento del Huila fue el más devastado: casi todos sus municipios presentaron daños graves en las construcciones e importantes efectos en la naturaleza. En Bogotá colapsaron la ermita de Guadalupe, la iglesia de San Victorino y la antigua iglesia de Las Cruces.
- 16 de marzo de 1644 (magnitud deducida de 5,5)
Afectó principalmente el pueblo de Tunjuelo de la Real Corona (hoy en día parte de la localidad de Tunjuelito, en Bogotá). Tras graves daños, la iglesia del pueblo tuvo que ser derribada, y las casas y ramadas de las estancias quedaron averiadas. Se reportaron cinco personas muertas. En Bogotá, ocurrieron daños en casas e iglesias. Adicionalmente, se presentaron dos deslizamientos: uno en el Salto de Tequendama, que detuvo el río Bogotá por algunos días, y otro que obstruyó la Quebrada La Honda, en Usme.
- 31 de agosto de 1917 (magnitud deducida de 6,7)
Dejó 22 personas fallecidas, 35 heridas y 26 poblaciones afectadas (especialmente en los departamentos de Meta y Cundinamarca). En Villavicencio, la mayoría de las construcciones quedaron averiadas y algunas colapsaron, siendo tal la ruina de la ciudad, que las autoridades pensaron reconstruirla en un nuevo lugar. En San Martín (Meta), la mayoría de las casas quedaron inhabitables y algunas colapsaron; y en Bogotá, se registraron más de 300 edificaciones averiadas severamente y 40 destruidas.
- 4 de septiembre de 1966 (magnitud deducida de 5,3)
Resultaron afectados Bogotá, Soacha y Fómeque. En Bogotá se presentó un hecho particular: el evento fue sentido fuertemente en general por toda la población, pero los daños en las construcciones fueron leves (algunas averías en fachadas y grietas en pocos edificios). Por el contrario, en Usme, al sur de la ciudad, los daños fueron mucho mayores (varias casas colapsaron o quedaron en muy mal estado, en especial en los barrios Barranquillita y Santa Librada). De hecho, allí se registraron 8 personas fallecidas. El evento también dejó alrededor de 30 heridos.
Estos sismos históricos han dejado una marca indeleble en la historia de Bogotá y en la memoria de sus habitantes.
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Aunque la ciudad ha enfrentado varios de estos eventos a lo largo de los años, es importante tener en cuenta que la predicción exacta de sismos no es posible, y la preparación y el conocimiento son fundamentales para minimizar los efectos en caso de futuros eventos sísmicos.
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