Pérdidas y mesas vacías; ese fue balance para los restaurantes con el estreno del pico y placa para el ingreso a Bogotá en el último día de los puentes festivos. En contraparte, muchos conductores reportaron mejoras en la movilidad y la desaparición de los trancones durante el arranque de la medida.
“Los centros comerciales y los restaurantes de las afueras de Bogotá cayeron sus ventas estrepitosamente. Las personas de Bogotá que acostumbran ir fines de semana o festivos a comer o a almorzar no lo hicieron”, aseguró el presidente de Acodres, Guillermo Enrique Gómez París.
Según el representante de los restaurante, el problema es que los ciudadanos interpretaron que debían quedarse en casa. Como resultado, restaurantes campestres en lugares como Chía o Cota tuvieron apenas una o dos mesas ocupadas.
A esta problemática se suman los efectos del pico y placa todo el día en Bogotá, que se verán con más claridad la próxima semana cuando regresen las últimas personas de las vacaciones.
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Acodres advierte que vendrá una nueva caída en ventas, pues la gente prefiere no salir y los domicilios no alcanzan a compensar la menor asistencia de comensales a la mesa.
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