Joven vallecaucano pinta mural con sangre humana y busca nuevo Récord Guinness

Roldanillo, en el norte del Valle del Cauca, es un municipio que se ha caracterizado por ser la cuna de artistas reconocidos internacionalmente. Ahora, uno de ellos, busca un nuevo récord mundial tras pintar un mural hecho a base de sangre humana.

Se trata de Julián Castillo, un tatuador reconocido del municipio quien no deja de sorprender a la región por sus ocurrencias a la hora de plasmar sus obras.

Castillo, de 26 años, decidió en esta oportunidad pintar un águila de 3 metros cuadrados utilizando como materia prima la sangre que le donaron sus amigos y familiares.

“La idea de pintar con sangre nació el año pasado con varios amigos en la Universidad del Valle durante las protestas a nivel nacional que adelantaban los estudiantes. Allí, en la Univalle, hice mi primer obra, pero fue efímera porque no duró mucho”, contó Julián.

“Para esta nueva pintura decidimos estudiar la sangre, echarle pigmento para tatuar y protector de pintura acrílica para que durara”, aseguró.

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Con las garras abiertas, las alas extendidas y el pico listo para la cacería, esta nueva águila se muestra imponente en una de las paredes de la institución educativa Belisario Peña Piñeiro, donde cientos de curiosos han llegado a tomarse fotos.

Foto: Miguel Pomo

“Esto hace de un experimento social porque, al parecer, a la gente le gusta la sangre para captar los mensajes. Vivimos en una cultura violenta a la que le gusta que le hablen así, pero esta vez, lo hicimos con arte”, dijo.

“Le comenté a mis amigos, luego hicimos una reunión, pusimos música y comenzamos con el proceso de extracción de la sangre con dos enfermeros. Todo fue hecho de manera muy ordenada”, indicó.

Cada que tenía su materia prima, Julián se acercaba a la obra y comenzaba a darle forma con su pincel. Horas de trabajo en las que decenas de curiosos se arrimaban para ver sus avances.

“El trabajo resultó dispendioso por el tema de las lluvias y que se necesitaba sangre fresca. En total usé dos litros y medio”, añadió.

Sin embargo, su obra, al principio, no iba a ser un águila. Cuenta el joven que pensó en plasmar frases con la sangre que le donaban.

“Eran textos de protesta por la represión que han sufrido los más débiles, sin embargo, decidó hacer algo más agradable a la vista, que no fuera violento, sino algo bonito, que a la gente le diera gusto tomarse una foto”, indicó el artista.

Según expertos, la obra puede tener una duración de 10 años. Según Julián, busca entrar en el libro de los Guinness Récord.

“Esta es una pintura de reflexión para que los manifestantes se tomen las cosas con calma evitando el enojo y aprovechen esas ganas de protestar de una manera más inteligente”, concluyó.